Positivamente no morirán (Gén. 3:4). |
Eva le hizo saber a Satanás la clara orden que ella y Adán habían recibido: era solo un árbol el que no podían tocar, y si lo hacían, perderían la vida. Pero Satanás, con engaños, la convenció de que el Creador le estaba negando algo bueno. Le aseguró que si comía de aquel fruto, llegaría a ser como Dios y podría tener la libertad de decidir por ella misma lo que estaba bien y lo que estaba mal (Gén. 3:1-5). Jehová cumple infaliblemente su palabra. Por esta razón condenó a muerte a Adán y Eva (Gén. 3:16-19). Pero eso no significó, ni mucho menos, que su propósito hubiera fracasado. La sentencia contra la primera pareja humana contenía un rayo de esperanza para sus futuros hijos. Jehová dio a conocer que había decidido levantar una “descendencia” y que, aunque Satanás lograría herirla en el talón, esta se recuperaría y terminaría magullándolo en la cabeza (Gén. 3:15). La Biblia arroja luz sobre este tema al decir: “Con este propósito el Hijo de Dios fue manifestado, a saber, para desbaratar las obras del Diablo” (1 Juan 3:8). w10 15/8 1:3, 5 |
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lunes, 23 de enero de 2012
Texto Diario Jueves 23 de Febrero
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