Una mujer de 46 años perdió la vida como consecuencia de las heridas sufridas en un accidente de tránsito y su posterior negativa -por ser testigo de Jehová- a ser sometida a una transfusión de sangre en el hospital de Maldonado.
Ángela Sosa resultó lesionada de consideración cuando el Fiat Uno que conducía su marido, y en el que también viajaba sus hija de 13 años, se estrelló contra una columna de bulevar Artigas y Shakespeare tras chocar con otro vehículo que circulaba en el mismo sentido, una camioneta Volkswagen Saveiro.
El accidente ocurrió en la noche del miércoles 29 de febrero. Ángela Sosa sufrió un fuerte traumatismo de tórax por lo que fue asistida en el lugar del accidente por una unidad de emergencia móvil y luego fue trasladada al hospital de Maldonado.
Empero, la mujer, que se encontraba "lúcida y consciente" al llegar al sanatorio, alegó su condición de Testigo de Jehová para no recibir la transfusión de sangre que pretendieron efectuar los médicos que la atendieron, informó la emisora local FM Gente.
Fuentes del caso señalaron que hasta el propio médico forense le pidió que cambiara de actitud y que aceptara la transfusión para salvar la vida. La mujer se mantuvo en su posición hasta que poco después se descompensó y falleció.
Sus familiares la acompañaban la apoyaron en todo momento. Fuentes consultadas por El País explicaron que si la persona lesionada se encuentra lúcida y con pleno dominio de sus facultades puede solicitar no recibir la transfusión de sangre apelando a sus creencias religiosas. Según informó Canal 7, la jueza Marcela Vargas dio el visto bueno en cuanto a que se respetara la decisión de la mujer, basada en su convicciones religiosas.
Ángela Sosa resultó lesionada de consideración cuando el Fiat Uno que conducía su marido, y en el que también viajaba sus hija de 13 años, se estrelló contra una columna de bulevar Artigas y Shakespeare tras chocar con otro vehículo que circulaba en el mismo sentido, una camioneta Volkswagen Saveiro.
El accidente ocurrió en la noche del miércoles 29 de febrero. Ángela Sosa sufrió un fuerte traumatismo de tórax por lo que fue asistida en el lugar del accidente por una unidad de emergencia móvil y luego fue trasladada al hospital de Maldonado.
Empero, la mujer, que se encontraba "lúcida y consciente" al llegar al sanatorio, alegó su condición de Testigo de Jehová para no recibir la transfusión de sangre que pretendieron efectuar los médicos que la atendieron, informó la emisora local FM Gente.
Fuentes del caso señalaron que hasta el propio médico forense le pidió que cambiara de actitud y que aceptara la transfusión para salvar la vida. La mujer se mantuvo en su posición hasta que poco después se descompensó y falleció.
Sus familiares la acompañaban la apoyaron en todo momento. Fuentes consultadas por El País explicaron que si la persona lesionada se encuentra lúcida y con pleno dominio de sus facultades puede solicitar no recibir la transfusión de sangre apelando a sus creencias religiosas. Según informó Canal 7, la jueza Marcela Vargas dio el visto bueno en cuanto a que se respetara la decisión de la mujer, basada en su convicciones religiosas.
"VERDAD MÉDICA". Carlos Olivett, director del hospital del Maldonado, dijo a Canal 7 que "la verdad médica no coincide con la verdad jurídica o la verdad religiosa" y señaló que, como médico, resulta muy difícil quedarse de brazos cruzados en un caso de esta naturaleza cuando hay posibilidades de intervenir por la salud del paciente. Olivett dijo que la causa de la muerte fue la "anemia aguda" -literalmente se desangró-, y sostuvo que en el caso de haberse practicado una transfusión "hubieran aumentado sensiblemente" las posibilidades de que la mujer se recuperara.
En tanto, la Justicia pretende establecer las causas del siniestro para deslindar las responsabilidades de los conductores.
Según trascendió, los conductores se acusaron mutuamente: ambos alegan haber sido encerrados por el otro.
DICEN LOS TESTIGOS. "Queremos vivir vidas largas y saludables", establecen los testigos de Jehová: "Nuestras creencias religiosas promueven el respeto por la vida y nos ayudan a prevenir muchos problemas médicos comunes. Al igual que cualquier otra persona, cuando estamos enfermos, buscamos atención médica. No creemos en la curación por la fe. El tipo de tratamiento médico que se elija es asunto de elección personal. Los testigos de Jehová solicitamos tratamientos sin sangre, ampliamente utilizados y aceptados por la comunidad médica. Lo hacemos debido a que la Biblia nos manda: `sigan absteniéndose de... sangre`. Aunque rechazamos la sangre por motivos religiosos y no por razones médicas, muchos han reconocido que este rechazo ha ayudado a los testigos a evitar contraer enfermedades costosas y mortales como el Sida y la hepatitis. Ya que la Biblia no hace ninguna declaración clara sobre el uso de fracciones menores de la sangre o sobre la reinfusión inmediata de la propia sangre del paciente durante la cirugía, el uso de este tipo de tratamientos es una cuestión de elección personal".