¿Exceso de confianza?
Tarde en la noche se sintió un estruendo que despertó al anciano que cuidaba el Salón del Reino. Luego otro estruendo más y un tercero.
Nada hacía presagiar que oficiales del estado entrarían rompiendo las puertas del Salón del reino, luego las puertas de la casa del cuidador. El país vivía en completa paz, el gobierno estaba totalmente estable.
Ante tal seguridad los hermanos pasaron por alto pequeños consejos; archivados, olvidados, ignorados.
Cuando los agentes del gobierno recolectaron toda la información que encontraron exclamaron: — ¡Tenemos 81 más!.
El anciano morador pensó que eso era casi el 90% de los hermanos de la congregación. Entonces recordó el comentario que le hizo un joven cuando comenzó a trabajar en literatura.
El anciano comenzó a meditar en el asunto.
Un Joven hermano de literatura les había comentado a los ancianos que se estaban incumpliendo recomendaciones que podrían ser graves ante una futura persecución. La información venia directamente del esclavo y creía que debía aplicarse en todo aspecto de las reuniones.
Le respondieron que en la congregación no se trabaja con “títulos”. El joven no entendió porque le respondían algo así si era una muy buena sugerencia.
La información a grandes rasgos era la siguiente:
En la solicitud de artículos controlados se recomendaba no escribir el nombre completo de los hermanos. Sobre todo si dicha información va a quedar en el salón del Reino.
Si la hermana Maria Cubillos requiere una información anote Maria C.
En el caso de que se repitan nombres podría colocar anotar si es precursor, anciano o ministerial
Por ejemplo si existen dos hermanos Carlos Rojas y Carlos Ramirez pero uno es anciano podría distinguirlos así.
Nombre del solicitante | Cantidad | Publicación |
Anciano Carlos R. | 1 | DVD Jovenes P. que hare… |
Carlos R. | 1 | Biblia de Lujo |
Maria M. | 1 | Biblia de Lujo |
Precursora Maria M. | 1 | Perspicacia vol2 |
El joven explico esto y por eso le dijeron que no se usaban títulos en la congregación. Pero nadie noto que esto estaba escrito en el manual entregado al encargado de literatura. Dicho manual provenía no de ideas del hermano sino del esclavo quien lo hizo pensando en nuestra protección.
El joven también les menciono – si bien no recordaba exactamente- que lo mismo debía aplicarse al tablero de anuncios. En su defecto dichos anuncios debían retirarse reunión tras reunión.
Saliendo de su meditación pensó que ya era demasiado tarde.
En el tablero de anuncios había muchos nombres de hermanos en distintas asignaciones.
· Micrófonos
· Encargados de abrir y cerrar el salón
· Asignados a la escuela de un mes entero
· Asignados para la reunión de servicio un mes entero
· Encargados de Grupos de predicación
· Direcciones de Encuentro de los grupos de predicación
· Precursores encargados de dirigir los grupos de predicación
En literatura de mas esta decir que encontraban no solamente los nombres de quienes habían pedido literatura ese mes, sino de muchos meses, ya que estas no se eliminaban sino que se reutilizaban para anotar quien retiro su pedido.
En el salón además tenían el mapa de todo el territorio así que ya sabían dónde buscar a esas personas aparte de las direcciones que estaban en el tablero.
El gobierno fue más astuto y la congregación cayó casi toda. Tenían todo lo que necesitaban.
Sin poder comunicarse con ninguna persona el anciano pensaba en sus pobres hermanos del circuito, pues no sabía de ninguna congregación que hubiese seguido esa sugerencia tan simple.
No solo caía una congregación sino un circuito, un distrito, un país entero.
Tantos anuarios leídos, tantas experiencias y nada puesto en práctica. Tal vez si la sugerencia la hubiese dado un siervo de distrito o circuito habrían podido evitar todo eso. Digo tal vez porque creemos ser espirituales y seguimos pensando que solo quien tenga más privilegios que uno mismo es quien puede darle sugerencias o llamar la atención a algún error nuestro. Se ven tan lindas las experiencias de niños o jóvenes enseñándoles a adultos pero para nosotros no sería válido.
La próxima vez que un joven le muestre un camino escúchele.
El famoso manual existe (edito: ya no existe, se edito uno nuevo y se omitieron todas esas sugerencias, manual web jw.org para usuarios con privilegios) y debería estar en su salón del Reino. Consúltele al encargado de literatura. Tal vez no sepa se su existencia.
La conversación con el anciano fue real (y propia) del año 2006. Lo que no ha ocurrido es la persecución. Pero si ocurre mi salón esta 100% condenado, pues hasta la fecha todo sigue igual. ¿Cómo está la situación en tu salón?
Dejaría usted que su nombre quedara en el tablero de anuncios sabiendo que es un:
¡Exceso de Confianza!.