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miércoles, 20 de agosto de 2014

Perspicacia para comprender las escrituras tomo 2.pdf

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Los Testigos de Jehová proclamadores del reino de Dios. pdf

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También en la sección libros.

TESTIGOS DE JEHOVÁ PUBLICA SITIO WEB MÁS TRADUCIDO DEL MUNDO, JW.ORG

 

http://techmoran.com/jehovah-witness-publicizes-worlds-translated-website-jw-org/

 

TESTIGOS DE JEHOVÁ PUBLICA SITIO WEB MÁS TRADUCIDO DEL MUNDO, JW.ORG 

Los testigos de Jehová comenzaron un mes distribución mundial de un nuevo tratado titulado '¿Dónde podemos encontrar respuestas a las grandes preguntas de la vida?'
Se espera que la campaña para dar a conocer su sitio web oficial llamado Jw.org, que es accesible en unos 500 idiomas, con publicaciones disponibles para su descarga en hasta 700 idiomas.
Jw.org se convierte en sitio de web más traducido del mundo. Alrededor de 1 millón de visitantes únicos se dice van a Jw.org cada día.

La página web ofrece artículos y videos que ofrece consejos prácticos para las personas de todas las edades, culturas y circunstancias. Uno de estos videos, titulado "¿Por qué estudiar la Biblia?" Estará vinculado a un código QR que se encuentra en el nuevo aparato. Este video combina elementos de acción en vivo y animación que demuestran los beneficios de estudiar la Biblia.Actualmente, está disponible en unos 450 idiomas y ha sido descargado casi 4 millones de veces desde su lanzamiento inicial en noviembre del año pasado.
JR Brown, un portavoz de los Testigos de Jehová, dijo: "Estamos muy entusiasmados con esta campaña. Hay unos ocho millones de Testigos de Jehová de todo el mundo, y todos nosotros hablarán a nuestros vecinos acerca de este sitio web.
"Esta puede ser la más amplia campaña que hemos organizado."
Geoffrey Jackson, miembro del Consejo de Administración de los Testigos de Jehová, dijo: "Desde su lanzamiento hace dos años, la gente de todo el mundo han encontrado Jw.org ser un recurso muy valioso.
"En este sitio, puede ver vídeos que pueden ayudar a sus hijos, consultar los artículos que pueden ayudar a su familia, e incluso leer la Biblia en línea. Queremos que el mayor número posible de beneficiarse de jw.org, y por eso iniciamos esta campaña especial. "

MEA MAXIMA CULPA-- El Silencio en la casa de Dios /Documental sobre pedofilia en la Iglesia Católica


Documental sobre pedofilia en la Iglesia Católica
Una de las muchas luchas por defender la dignidad humana es retratada en Mea Maxima Culpa El silencio en la casa de Dios que, fiel a la historia que documenta, recopila algunos de los casos y testimonios de las víctimas de abuso sexual por parte de miembros de la Iglesia Católica.
Desde las primeras víctimas que decidieron alzar la voz en los 60 hasta los recientes casos a nivel mundial, Mea máxima culpa recorre las paradojas de los argumentos de los victimarios al mismo tiempo que cuestiona el silencio del Vaticano al respecto. Su narrativa transita a la par del desarrollo de su caso principal: el abuso sexual a los niños de la escuela para sordos de St. John por parte del padre Lawrence Murphy, mientras que toca otros a nivel mundial, como el del Padre Marcial Maciel.Alex Gibney, ganador del Oscar por Taxi to the Dark Side (2007), dirige este documental con aplaudible esfuerzo y se apega a los hechos sin ser seducido por especulaciones sin fundamento. Su intención, aunque tarda en notarse, no está en manchar el nombre de la Iglesia, sino en proponer una respuesta. Así, Gibney retoma el tema de los escándalos sexuales en la Iglesia, a pesar de la resonancia mediática que estos han tenido, acentuando la injusticia que enfrentan las víctimas y resaltando la impunidad que se presenta en la mayoría de los casos. Mientras tanto, intenta persuadir a la Iglesia Católica de bajarse del pedestal que los milenios han construido y demostrarse ante su congregación como una organización formada por humanos.Ésta no es una cinta que atenta en contra de la Iglesia ni que busca disminuir su influencia en el mundo, al contrario: defiende la necesidad humana de creer y plantea la importancia de que la institución encargada de la fe tenga un rostro humano, por lo que propone menos política en el Vaticano.Estructurada, dramatizada y fotografiada con mucha sensibilidad, Mea máxima culpa es un documento que no se estanca en la crítica y ofrece nuevo eje de acción a la organización más grande del mundo; que ésta tome o no el consejo, es otra cosa.Título original: Mea Maxima Culpa: Silence in the House of God
Año: 2012
Director: Alex Gibney (The Last Gladiators)
Actores: Terry Kohut, Gary Smith


En canales HBO: http://www.hbo.com/documentaries/mea-maxima-culpa#/
(Lo estan pasando en algunos de los canales de TV de HBO)

Extirparon tumor en corazón a testigo de Jehová y no necesitaron de transfusión de sangre


Enrique Toledo Munsibay fue operado exitosamente de un tumor al corazón en el Hospital Belén de Trujillo.



Enrique Toledo Munsibay fue operado exitosamente de un tumor al corazón en el Hospital Belén de Trujillo. (Foto: Hospital Belén de Trujillo)
A través de una delicada intervención quirúrgica, médicos del Hospital Belén de Trujillo en la que no se necesitó transfusión de sangre, lograron extirpar un tumor que permanecía alojado en la aurícula izquierda del corazón de un paciente, integrante de la comunidad religiosa ‘Testigos de Jehová’.
El paciente identificado como Enrique Toledo Munsibay (46) fue preparado con anticipación a través de un tratamiento con estimulantes de la médula ósea para subir el nivel de hemoglobina. Por eso, no fue necesario realizarle una transfusión de sangre debido a que iba contra las creencias religiosas, explicó el cirujano cardiovascular, Julio Gamarra Sánchez.
La operación duró aproximadamente seis horas y los galenos lograron retirarle el tumor de 10 centímetros de ancho por 10 de largo.
Bajo el atento cuidado de las enfermeras, médicos y hasta de sus familiares, el paciente se recupera satisfactoriamente en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del nosocomio trujillano. En las próximas semanas será dado de alta y podrá llevar una vida con normalidad.

martes, 19 de agosto de 2014

El funeral por padre e hija asesinados en Laredo será el miércoles en Llodio


18-08-2014 / 20:30 h EFE
El funeral por Gabino García y su hija Mercedes, asesinados ayer a puñaladas en la playa de Laredo tendrá lugar este miércoles en Llodio (Álava), localidad en la que reside la familia.
Mercedes (42 años) y Gabino (71) abandonaban la playa Salvé de Laredo, ayer pasadas las 18.30 horas, cuando M.I.R, de 52 años, se acercó a la mujer y le asestó once puñaladas, mientras que su padre, al intentar ayudarla, también fue apuñalado, según han informado a Efe fuentes de la investigación.
La mujer, que lleva diez años trabajando y viviendo en Suecia, aunque es natural de Llodio, falleció poco después, en el Hospital de Laredo, y su padre también murió, tres horas más tarde, en el Hospital de Valdecilla, de Santander.
El discurso de funeral por los fallecidos tendrá lugar en Llodio a las seis y media de la tarde del miércoles en el Salón del Reino de los Testigos de Jehová, fe que profesaban tanto Gabino y Mercedes, como su esposa y madre y los otros dos hijos del matrimonio: una hermana gemela y un chico.


Mueren apuñalados una mujer y su padre en la playa de Laredo (Una familia de testigos de Jehová)

Una familia de testigos de Jehová

JUAN MARI GASTACA
Gabino García se jubiló hace casi una década en Vidrala, una de las empresas emblemáticas de Llodio, la localidad alavesa de donde era natural, y dedicada a la fabricación de botellas de vidrio para la alimentación. Quienes trabajaron con él le recuerdan como un operario competente y de buen trato. Uno de ellos todavía derramaba más de una lágrima cuando repasaba este lunes cómo había sido el trágico final de la vida de su compañero a manos de un homicida mientras salía en defensa de una de sus tres hijos en la playa La Salvé de Laredo cuando acababa de disfrutar de una jornada de baño y descanso.

Pero fue mayor la tristeza del hijo y hermano de las víctimas que mantiene su puesto de trabajo en la empresa Aiala Vidrio, dependiente desde hace nueve años de la matriz Vidrala y también ubicada en Llodio. Durante las primeras horas de la jornada laboral, el doble homicidio de Laredo alteró la rutina de la fábrica. Entre sus compañeros se multiplicaron las especulaciones sobre los motivos de esta brutal agresión bajo el denominador común del "horror", como ha admitido uno de ellos.
Otro de los trabajadores de Aiala Vidrio conoce bien a la familia García. Comparte con ella su condición de testigo de Jehová. En su caso, tampoco disponía de un móvil sobre el doble asesinato y, en particular, el de Mercedes García. Esta víctima y su hermana gemela, estudiantes durante varios cursos del colegio La Milagrosa -histórico centro a cargo de las Hijas de Caridad de San Vicente de Paúl- eran conocidas en algunos sectores de Llodio por su labor dominical en favor de la propagación de la Biblia y su asistencia al templo que esta religión dispone en una de las arterias principales de la localidad. "Toda la familia es testigo de Jehová", han declarado más de un vecino de esta localidad alavesa.
Sin embargo, en Llodio se pueden recoger pocas referencias sobre la vida reciente de Mercedes. Al igual que su hermana, abandonó este valle ayalés hace varios años, donde no están empadronadas a diferencia de sus padres y de su hermano, para trabajar en Alemania. De hecho, Mercedes, soltera y de 42 años, había decidido dejar Bruselas para compartir las vacaciones de este verano junto a sus padres en el apartamento que la familia posee en Laredo. Resultó una fatal elección.



Ver video

Mercedes García, de 42 años, natural de la localidad alavesa de Llodio, y su padre, Gabino García, de 71, murieron en la tarde de ayer en Laredo (Cantabria) tras ser apuñalados en la playa de La Salvé por un hombre que fue detenido poco después del crimen. El doble homicidio se produjo a las 18.40 en una zona denominada Los Pinos, de uso muy frecuente por los bañistas y próxima a una escuela de surf.
El agresor, que pasó la noche en los calabozos de la Policía Municipal de la localidad cántabra, pasará hoy a disposición judicial. Esta decisión coincidirá con las acciones de repulsa decididas por los alcaldes de Laredo y de Llodio, donde residía Gabino García, ya jubilado de la empresa Vidrala.

Según los testimonios recogidos entre personas que se encontraban en el lugar de los hechos, el agresor había sido visto previamente corriendo por una zona de dunas. Minutos después, decidió esperar a que sus víctimas se aproximaran al acceso a una de las zonas de baño situadas en la mitad de esa concurrida playa. Cuando se topó con ellas, comenzó a atacar a machetazos a la mujer en zonas vitales como la yugular y el corazón. Las heridas causaron su muerte pocos minutos después. El forense certificó el óbito a las ocho de la noche.
El padre de la víctima salió rápidamente en su defensa y también fue alcanzado, sufriendo heridas de carácter grave. Tras ser atendido de urgencia en la playa por el propio jefe de los socorristas de la Cruz Roja y por un médico y una enfermera que se encontraban en la zona, fue trasladado al Hospital Marqués de Valdecilla de Santander, donde falleció sobre las nueve de la noche, según informó la Delegación del Gobierno en Cantabria.
La esposa y madre de las víctimas, también de 71 años, se había quedado en el domicilio que esta familia posee desde hace años en la localidad cántabra. El matrimonio es natural de Llodio, donde seguía residiendo, aunque su hija ya no estaba empadronada en esta ciudad.
Varios niños que se encontraban en la zona alertaron a sus padres de que “una mujer estaba dando gritos porque la estaban matando” y de que habían visto a “un hombre sangrando”. Fue entonces cuando un policía local de Laredo que se hallaba fuera de servicio en la zona de bañistas persiguió al agresor, a quien capturó en la misma playa. Tras retenerlo en el suelo, varias personas le prestaron ayuda mientras se sucedían las escenas de incredulidad en los tramos del arenal más próximos.
Algunas fuentes indicaban anoche que la detención del supuesto homicida había sido realizada por dosertzainas, circunstancia que fue negada después por fuentes de la propia policía vasca.
El supuesto autor del doble crimen, quien se hallaba ensangrentado cuando fue capturado, es natural de Bilbao, aunque su identidad no ha sido facilitada por fuentes de la investigación, que corre a cargo de la Guardia Civil. Varios agentes del instituto armado se personaron en el lugar de los hechos tras ser avisados por la Policía Municipal de Laredo
Fuentes de la Delegación del Gobierno en Cantabria y de la Guardia Civil creen que doble homicidio no está relacionado con la violencia machista. No obstante, otras fuentes policiales señalaron que el agresor había mantenido hace tiempo una relación con Mercedes García.
Dado que el detenido había esperado a las dos víctimas en la zona del crimen, tomó cuerpo la posibilidad de que las conociera. No obstante, a última hora de la noche fuentes próximas a la Policía Local de Laredo apuntaban que el crimen era obra de “un desequilibrado” y que “cualquiera podía haber sido la víctima”.
En Llodio, localidad que celebra en la actualidad sus fiestas patronales, no se conocían más detalles sobre el doble homicidio. Vecinos de este municipio que veranean en Laredo tampoco disponían de más información sobre las circunstancias del crimen. Las primeras informaciones llegadas a Llodio habían descartado que se tratara de un caso de violencia machista, aunque fuentes municipales esperaban a disponer de informaciones oficiales “más precisas”.
El Ayuntamiento de Laredo celebrará a las 11.45 de hoy un pleno extraordinario en repulsa por este crimen, según anunció anoche su alcalde, Ángel Vega Madrazo, del PP. Tras el pleno, se ha convocado una concentración ante la sede municipal.
El regidor de Llodio, Natxo Urkijo, de Bildu, mantuvo una reunión de urgencia con parte de su equipo para acordar las primeras decisiones. En un principio, trasladarán sus propuestas de repulsa a los portavoces municipales durante una reunión prevista para esta mañana.

El bloque donde residían los fallecidos en Laredo.




Plantilla para llenado de la escuela del ministerios teocratico 2015

Les dejo la plantilla para llenar las asignaciones y poner en tablero de anuncios.
Esta actualizado con todas las asignaciones del año 2014 y año 2015.
Buen provecho.


En el interior encontraran el archivo de instrucciones, el Word que se crea al llenar el Excel y el Excel para ingresar los nombres de hermanos.

lunes, 18 de agosto de 2014

2015 PROGRAMA DE LA ESCUELA DEL MINISTERIO TEOCRATICO DEL AÑO 2015

 

 

 

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El cardenal Jaime Ortega, las Umap (Narra algunas experiencias de Testigos de Jehová en campos de concentración cubanos)

Glosarios: Las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP) fueron campos de trabajos forzados que existieron en Cuba entre 1965 1968. Allí estuvieron unos 25.000 hombres, básicamente jóvenes en edad militar que por diversos motivos se negaban a hacer el servicio militar obligatorio (miembros de algunas religiones) o bien que eran rechazados en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (homosexuales).
Para conocer mas a fondo vea este documental




Omitiremos comentarios acerca de cómo este sacerdote ignora el propósito de Jehová y como lo culpa de que lo sucedido fue voluntad de Él. Centrémonos en las cosas que narra acerca de los sufrimientos de nuestros hermanos.


http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/el-cardenal-jaime-ortega-las-umap-y-el-mandato-de-dios-319838
El cardenal Jaime Ortega, las Umap y el mandato de Dios

¿Sería posible que Dios creara la barbarie y luego enviase a uno de sus ministros para que consolara a los que Él había condenado injustamente?


Hasta ahora, no había ocurrido que algún medio de la Isla (recordemos: todos en la nómina de la dictadura) entrevistara a un exconfinado Umap para hablar de este tema.

Pero al fin esto ha sucedido recientemente. El pasado 15 de agosto, la emisora Radio 26, de Matanzas, como otras del mismo territorio, entrevistaron al cardenal cubano Jaime Ortega, interesándose los entrevistadores, entre otras cuestiones, sobre la estancia del prelado, durante 8 meses, en las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (Umap), reales campos de trabajo forzado que existieron en Cuba de 1965 a 1968, a los que fueron enviados religiosos, homosexuales, amantes de la llamada “dulce vida” y otras personas, jóvenes y no, que no cumplían, según el castrismo, con los requisitos que establecía el dogma comunista.

En la entrevista aludida, Ortega expresa que “Las UMAP fueron una experiencia única en la vida de un sacerdote”, y agrega: “Si Dios quiso que esto [las Umap) fuera así, entonces ¿qué quisiera él de esto? Ah, que yo sacara una lección tremenda de lo que es el ser humano, de la misericordia que hay que tener, de lo que sufre la gente y eso es importante”.

Es decir, no fueron Fidel Castro y su equipo quienes quisieron “que esto fuera así”. Fue Dios.
Dios quien encerró a más de 22 mil hombres inocentes entre cercas con 25 pelos de alambre de púas, más cinco de antifugas. Dios quien determinó que estos hombres, mal comidos, trabajaran de sol a sol rodeados por sus verdugos armados.

No fue Fidel Castro, sino Dios quien quiso ponerlos a prueba enviándoles en trenes de carga, sin siquiera agua e inodoros, en autobuses con las mismas carencias, hacia un destino que los implicados desconocían.
Dios quien llevó a tantos confinados Umap a automutilarse severamente con tal de evadir la inclemente jornada en el surco y el duro encierro.

Pero para el cardenal Jaime Ortega: “No creo que [las Umap] me marcara negativamente, en el sentido de tener después recelos y rencores. En medio de todo eso fue una experiencia tremenda de conocer la vida, como no la puede conocer uno en los estudios de Teología”.

“Como no la puede conocer uno en los estudios de Teología”, dice el cardenal. Se me ocurre, a partir de lo dicho por el purpurado, que el catolicismo debería implantar, en el mundo todo, algún salvajismo parecido para que los sacerdotes se graduaran con verdaderos honores en la Teología.

En la entrevista citada, el Cardenal hace saber que salió de Cuba en 1960 “en una situación dificilísima”. “El país estaba en una agitación enorme, estaba comenzando un éxodo tremendo. (…) Después vino el cierre de los colegios por la nacionalización de las escuelas, la salida de muchos sacerdotes y de religiosas”.

“La salida”, dice el cardenal Ortega, no “la expulsión”. No vio el Cardenal a las monjas y alumnas vejadas, maltratadas, insultadas por las turbas que se decían “revolucionarias”; no las vio llorar junto a las escuelas que eran cerradas de modo inclemente delante de sus ojos.

No estuvo el Cardenal cerca de una iglesia católica, cercada por las hordas “revolucionarias” que durante horas bramaban hacia el interior de la instalación: “¡Los curas, cabrones, /que se quiten la sotana/ y se pongan pantalones!”
No lo vio. No supo de eso.

Durante sus 8 meses de confinamiento en las Umap (Unidades Militares de “Ayuda” a la Producción, no de “Apoyo”, como dice en el texto a que nos referimos), el cardenal Jaime Ortega afirma que “Sería increíble el anecdotario de lo que era la presencia de un sacerdote en medio de aquellos hombres desesperados. Yo era muchacho”.
“Yo era muchacho”, dice. Sobre esta frase tengo mis dudas: ¿se es un muchacho a los 30 años de edad? Según la Unicef, uno es niño hasta los 18 años.
Un muchacho sí, un niño entonces, era aquel que vi, agobiado por la premura que exigían los soldados con bayoneta calada que rodeaban el tren, aquella madrugada del 20 de junio de 1966, para que los reclutados, luego de día y medio encerrados, se lanzaran del vagón a toda prisa, caer de espaldas y, sin duda, fracturarse la columna vertebral, según los gestos inútiles que hacía para ponerse en pie; aquel que, con los ojos desorbitados, estiró el brazo hacia quien le quedaba más cerca, yo, con la ilusión de que lo ayudara a incorporarse; en el instante mismo en que la punta de una bayoneta me indicó seguir el recorrido hacia los camiones que esperaban.
Un niño, un muchacho, mi amigo Luis Becerra Prego, 17 años, que una noche, desesperado, sin duda fuera de sí, me pidió que lo matara, que él no podía resistir más y no tenía valor para hacerlo con mano propia.

En otras de sus anécdotas en la entrevista citada, Ortega cuenta que “Un hombre que no sabía leer ni escribir me pedía que yo le leyera las cartas de su mujer, más nadie que usted me las lee. Después él me decía lo que quería ponerle a la mujer en las cartas”.

¿No habrá en lo anterior algún anacronismo? Lo digo porque es de conocimiento mundial que, en el año 1961, en Cuba se erradicó para siempre el analfabetismo.
Cuenta asimismo el Cardenal que, poco después de haber llegado al campamento al que lo habían destinado, “Viene un grupo y me rodea a mí. Uno de ellos me dijo: ‘usted ha venido aquí para darnos consuelo’ y yo dije ‘… ah ya, aquí habló la voz de Dios, para eso estoy aquí’. Para eso estaba yo allí”.

Me surge una duda: ¿sería posible que Dios creara la barbarie y luego enviase a uno de sus ministros para que consolara a los que Él había condenado injustamente?
“Al salir de la jefatura de policía [de Palma Soriano] nos sacaron atravesando el parque central a la vista de todo el pueblo custodiados por guardias con bayonetas. Recuerdo la mirada de mi hijo, que tendría entonces unos nueve o diez años, que veía a su padre, preso. Me quedé allí contemplando aquella cara. Aquello fue algo que me partía el alma. Mi esposa estaba a su lado. El viaje desde Palma Soriano hasta Esmeralda [hacia las Umap] duró como 20 horas. Durante el viaje sólo tomamos agua en Contramaestre y eso servida en cubos que tenían jabón en el fondo”. Testimonio del reverendo Orlando Colás, de 38 años de edad, aparecido en el invaluable libro La Umap: El gulag castrista, del emblemático y ya desaparecido historiador cubano Enrique Ros (Ediciones Universal, 2004). En el viaje, Colás se fracturó una costilla, pero aun así “Nunca pude ver a un médico para mi hueso roto más bien me obligaban a trabajar y si me quejaba o explicaba mi problema se burlaban de mi profesión pastoral”.
Del mismo libro de Ros, transcribo varios de la infinidad de impactantes testimonios recogidos en él.


El confinado Renato Gómez relata que, capturados tres “soldados” Umap que habían intentado fugarse: “Un capitán oriental, mulato, con el pelo peinado a lo Angela Davis, nombrado Iván Magaña, constantemente los increpaba, escupía hacia donde ellos estaban, y les echaba al hueco la tierra que ellos sacaban empujándola con las botas. Era una situación tan insoportable que salieron rápidamente del hueco que abrían, que estaba justo al lado del barracón donde dormían y donde pretendían enterrarlos hasta el cuello. Confrontaron al oficial intercambiando golpes con él y con un escolta”.

Relata asimismo Renato Gómez: “Una tarde aparecieron dos Testigos de Jehová y los pusieron de plantón. Es decir, castigados toda la noche pegados a una cerca”.
“Uno de los que más jerarquía tenía entre los Adventistas se apellidaba Martínez. A ese hombre le dieron tandas de golpes, y lo sometieron a las mayores torturas. Un día, porque lo querían forzar a trabajar el sábado, lo sientan en una silla, amarrado, le ponen un cubo de agua arriba para que le cayera sobre la cabeza una gota y otra gota. Al rato los gritos de este hombre llegaban a la Laguna de la Leche” (un sitio que se halla en Morón, municipio de la provincia de Camagüey).
Luis Albertini, otro confinado, da fe de que a los Testigos de Jehová “…en los primeros meses del primer llamado —diciembre [de 1965], enero de tanto frío— los bañaban con fango, los dejaban desnudos, amarrados a la cerca toda la noche. Les pegaban con bagazo de caña que no dejaba huella en la piel”.
También sobre los Testigos de Jehová, testimonia el ex-Umap Eduardo Ruiz: “Llegaron 32 guajiritos Testigos de Jehová que se negaron a marchar y a ponerse insignias militares”. El castigo fue inmediato: Los “metieron en una cisterna que era por donde llegaba el agua. Allí los mantuvieron de pie sin que pudieran beber agua ni comer alimento alguno. Nosotros nos acercábamos y le tirábamos lo poco que teníamos. A los pocos días los sacaron de allí porque se les iban a morir y los amenazaron con fusilarlos. La respuesta de ellos aún la recuerdo: ‘Fusílennos. Fusílennos. El ejército nuestro no es el ejército de ustedes. El nuestro es el de Dios’”.
El también exUmap Orestes Aceituno, manifiesta en el libro de Enrique Ros: “El jefe del batallón 18 era Ramón Zaldívar que se caracterizaba por su crueldad y maltrato a los confinados. Vi allí cómo torturaban a los Testigos de Jehová, y como a un joven negro lo enterraron vivo, dejándole la cabeza fuera por tres días.” En este mismo batallón estaba recluido Orestes Acevedo: “Vi como al confinado 90 (todos teníamos un número) lo metieron tres días en una fosa donde se encontraban los desperdicios de la basura y las excrecencias. En ese campamento se desató un virus de hepatitis que causó grandes estragos entre los confinados, muriendo varios de ellos por no prestarles atención médica”.
El ya antes citado reverendo Orlando Colás, narra que en su campamento, Mijail I, como a 11 kilómetros del central Esmeralda, vio los primeros abusos con los Testigos de Jehová (…) los maltrataban; los pinchaban con las bayonetas, los cargaban y los ponían, de todos modos, a marchar poniéndoles un palo debajo entre las piernas, y los alzaban. Si se tiraban al suelo los levantaban a empujones; si gritaban, les echaban tierra en la boca para callarlos Y vimos el castigo a los Adventistas del Séptimo Día que, por respeto, no trabajan los sábados. Como en los campamentos se trabajaba los siete días de la semana, los forzaban a trabajar los sábados.
“A un adventista, reverendo Isaac Suárez, lo amarraron a un naranjo lleno de espinas y le decían: —Ahora tú eres Jesucristo, y te vamos a crucificar. Lo dejaron así, al sol, todo el día. A otro lo llevaron fuera y le hicieron lo mismo. A algunos los metieron en la tierra tapándolos completamente, dejándole fuera solo la cabeza, dos días al sol”.
Pedro Cedeño, un joven de Cabaiguán reclutado para las Umap, recuerda que el primer día del “pago” mensual (7 pesos), los 15 o 20 Testigos de Jehová que había en su campamento, se negaron a recibir el sobre con el pago. “Les dieron una paliza enorme. Se los llevaron al patio y los pusieron contra la cerca amenazando con fusilarlos. Trajeron soldados con armas largas pero tiraron al aire. Los Testigos se quedaron imperturbables, como si nada pasara”.
Juan Rodríguez, de San José de las Lajas y de 16 años de edad, afirma en La Umap: el gulag castrista, que en su campamento vio muchos casos de mutilaciones: “yo mismo fui ‘mutilador’ cuando algunos compañeros me lo pedían. Lo hacía no con el machete sino con una mocha afilada”. Agrega Rodríguez que allí en su campamento hubo casos de rebeldía, como el de “dos homosexuales [que] trataron de fugarse”, pero fueron capturados y regresados al campamento. Entonces “el capitán Zapata comenzó a interrogarlos y maltratarlos” y “uno de ellos lo escupió. Fue violentamente castigado” y en el campamento “se creó una muy tensa confrontación”.
El Pastor Manuel Molina, confinado en el campamento de Mola (de cuyo nombre no quiero acordarme), en el cual estaban confinados religiosos de distintas filiaciones, narra en el libro de Enrique Ros:
“Nos tomaron a 17 religiosos; adventistas, Testigos de Jehová y del Bando Evangélico Gedeón, y nos amenazaron con fusilarnos”
“Nos fueron llamado uno a uno detrás de un monte espeso y los que quedábamos oíamos las descargas de los fusiles. Al terminar conocimos que era sólo unos falsos fusilamientos. Pero vencimos porque nos permitieron continuar respetando el sábado como el Día del Señor”.
En La Umap: El gulag castrista, el exconfinado Renato Gómez cuenta que conoció al hoy cardenal Jaime Ortega cuando este era “un sacerdote lleno de amor, buena persona. Antes de ser cardenal yo hablé con él infinidad de veces. Las UMAP era un tema que él no quería tocar. Cuando regresamos a La Habana yo le manejé algunas veces y en una oportunidad, en un viaje de regreso me dijo: ‘Te tienes que ir del país. No puedes seguir aquí. Es hora que te vayas’
“Me ayudó en mi salida. Pero no quería Ortega hablar de la UMAP, me insistía: ‘Sácate eso de la cabeza. No guardes ningún odio en el corazón para que seas un hombre de bien. Hay cosas que te hacen daño. Tienes que sacarlas. Si no, no vas a ser feliz’. Esa conversación la tuvimos en el Arzobispado de La Habana, el día de mi salida del país cuando fui a visitarlo en compañía de mi familia para despedirnos de él, de su mamá y su tía que estaba con él.
“En sus visitas a Miami lo vi en varias ocasiones en casa de sus familiares; no tuvimos mayor comunicación y las posiciones no eran coincidentes. Nunca me visitó en España. Sí compartí cuando estaba en España con otros obispos y sacerdotes que ejercen su labor aún en Cuba, con los que me unen buenos afectos. Luego de su ordenación ya no tuvimos mayor comunicación. Discutíamos”.
Dios mío, si has sido Tú el responsable de que mi madre y miles más lloraran veinte días con sus noches sin saber hacia dónde se habían llevado a sus hijos; si fuiste Tú quien decidió que mi amigo Armando Suárez del Villar, aun con sus pies planos y escoliosis, tuviera que bregar en un surco de sol a sol, o que mi compañero Jesús Soriano, con un solo pulmón, tuviera que realizar labor semejante y semejante trabajo, hasta el desmayo, aquel Luis Estrada Bello, el hombre físicamente más débil que he visto en mi vida…; si fuiste Tú quien decidió que aquellos hombres, víctimas, sin embargo arrastraran de por vida el expediente de victimarios, que aún hoy pesa sobre los sobrevivientes… Yo no podría perdonarte.
Pero yo sé que no fuiste Tú.
Hoy, como siempre, queda en tus manos perdonar o no a tus ministros descarriados.
Ya ven. Así van las cosas.





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