Unas misteriosas tallas en piedra que datan de hace miles de años y que fueron descubiertas recientemente en una excavación en Jerusalén mantienen en vilo a los arqueólogos.
Los excavadores israelíes que descubrieron un complejo de habitaciones cavadas en el lecho rocoso de la sección más antigua de la ciudad hallaron las tallas: tres grandes V excavadas en el suelo de piedra caliza de uno de los cuartos, de 5 centímetros (2 pulgadas) de profundidad y 50 centímetros (20 pulgadas) de largo. No se halló ningún otro elemento que ofreciera alguna pista sobre su propósito.
Los arqueólogos a cargo de la excavación no han podido siquiera trazar una hipótesis sobre su naturaleza, dijo Eli Shukron, uno de los directores del proyecto.
“Las marcas son muy extrañas. Nunca vi nada igual”, agregó.
Las tallas fueron halladas en la llamada Ciudad de David, en una excavación conducida por arqueólogos del gobierno israelí y financiada por un grupo nacionalista judío debajo del vecindario palestino de Silwan en Jerusalén oriental. Los cuartos fueron desenterrados como parte de la excavación de fortificaciones alrededor de la única fuente de agua natural en la ciudad antigua, el manantial de Gihon.
Los arqueólogos consideraron posible que, cuando las tallas fueron trazadas por lo menos hace 2.800 años, esas V pudieron haber servido de base para algún tipo de estructura de madera, o quizás algún otro propósito. Pudieron haber desempeñado una función ritual o acaso mundana.
Por lo general, cuando los arqueólogos se enfrentan a un artefacto curioso, por lo menos pueden aventurar teorías sobre su naturaleza. Pero en este caso nadie, ni siquiera expertos consultados por Shukron y el codirector de la excavación, tienen alguna idea clara.
Parece haber por lo menos otra marca antigua similar en las cercanías. Un mapa de una expedición de hace un siglo dirigida por el explorador británico Montague Parker, que buscó los tesoros perdidos del templo judío de Jerusalén entre 1909 y 1911, incluye la marca de una V trazada en un canal subterráneo cercano. Los arqueólogos modernos no han excavado todavía esa área.
Fragmentos de cerámica hallados en los cuartos indican que fueron usados por última vez alrededor del 800 aC, cuando Jerusalén era regida por los reyes de Judea, dijeron los excavadores. En esa época, los cuartos parecen haber estado llenos de escombros para apuntalar un muro defensivo.
Pero no está claro si fueron construidos en esa época o siglos antes por los residentes cananeos.
El propósito de todo el complejo es parte del enigma. Las líneas rectas de sus muros y pisos nivelados son prueba de una ingeniería cuidadosa, y estaba situado cerca del lugar más importante de la ciudad, el manantial, lo que sugiere que debe haber tenido una función importante.