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30/7/12
Un joven testigo de Jehová y deportista ligado al mundo de futbolito que se encontraba desaparecido desde el pasado miércoles 25 de julio, fue hallado muerto a eso de las 5:30 de la tarde del domingo en una zona montañosa conocida como "Los Pozos del Cucharo", parte alta de barrio Bolívar. El hallazgo lo hicieron familiares, amigos y vecinos del sector La Curia donde el occiso tenía fijada su residencia, ya que desde su desaparición, los mismos emprendieron su búsqueda por todas partes.
La víctima quedó identificada como José Alfredo Urbina Rojas, (19). Este joven, según pudo conocerse, estaba recién graduado de bachiller y gozaba del cariño y respeto de los vecinos de la zona, pues al parecer su buen comportamiento ligado al deporte lo hizo acreedor del aprecio de la colectividad.
Para el momento del hallazgo, el cuerpo de Urbina Rojas se encontraba en posición de descanso en una piedra (sentado), y una vez sus homicidas le dieron muerte, rociaron su cuerpo con gasolina y haciendo uso de un yesquero procedieron a quemarlo, además se pudo observar una jarra con capacidad para cuatro litros y con un fuerte olor a combustible y una botella de licor (Chimeneao), contentiva con poco menos de la mitad de la referida bebida.
Es importante mencionar, que aun cuando el cuerpo lo encontraron al final de la tarde del domingo, no fue sino hasta la mañana de ayer cuando efectivos de los Bombero de Aragua, adscritos a la estación de La Victoria, haciendo uso de quipos especiales de rapel, junto a expertos en homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, y efectivos de la Policía de Aragua encabezados por el oficial jefe Luis Gómez, lograron trasladarse hasta la montaña para rescatar el cuerpo de la víctima, a quien a simple vista no se le pudo apreciar si presentaba alguna herida con objeto contundente, por arma de fuego o blanca.
Vale destacar, que desde la parte baja del sector hasta donde fue encontrado muerto José Alfredo, hubo que subir aproximadamente una hora montaña arriba, y pasar varios pozos de río en un terreno nada estable, por tal razón, se presume que sus verdugos lo llevaron engañado hasta la parte de alta, para luego sin tener motivo aparente y todo bien planeado, asesinarlo.
Los familiares de José Alfredo, por razones propias al momento de dolor que atraviesan no quisieron emitir declaración alguna a los medios de comunicación, limitándose únicamente a colaborar con las autoridades para que el cuerpo de su pariente fuese bajado por los órganos competentes; sin embargo, se conoció que era padre de una niña de 2 años.
Aún se desconoce qué pudo haber pasado, en vista que los funcionarios de la Policía Científica se encuentran en la primera fase de las investigaciones, por lo que no quisieron aportar dato alguno hasta tanto las pesquisas arrojen mayores detalles que les ayude a esclarecer el homicidio.
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