Con camiseta blanca, símbolo de pureza; sin camiseta y a pecho descubierto; descalzos y, sobre todo, muy convencidos. Así desfilaban uno a uno los 37 nuevos testigos de Jehová a la ´piscina´ bautismal instalada para la ocasión en el Palacio de los Deportes donde ayer abrazaron su nueva fe, después de años de duro sacrifio. A partir de ahora, se comprometen a vivir con fervor su nuevo credo, de acuerdo a las Sagradas Escrituras. Es allí donde encuentran la respuesta a las encrucijadas que les plantea la vida.
«A partir de ahora, el nuevo ministro tiene que llevar a cabo un servicio público que es predicar», cuenta Miguel Ángel Gallego, portavoz de Testigos Cristianos de Jehová. La crisis económica (y la de valores) ha hecho que el número de fieles de esta confesión crezca de forma exponencial durante los últimos años. Según cifras de 2011, España cuenta con 112.000 miembros, de los cuales 2.256 fueron bautizados el año pasado. «Las personas han sido conscientes de que los bienes materiales son pasajeros, de ahí que muchos escojan el camino de la espiritualidad», explica Gallego. David Caro, otro de los portavoces de la congregación, defiende que «la Biblia enseña a vivir, nos enseña principios, a respetar, a ser amables, a amar al prójimo como a uno mismo». Es casi una forma de vida dedicada a los demás.
Diferencias con el catolicismo
Los Testigos de Jehová basan el grueso de sus creencias en la Biblia. Es ahí, dicen, donde siempre hay una explicación para un hecho concreto, incluso, en diferentes pasajes. «El proverbio 22.6 dice que entrenemos a los jóvenes conforme al camino, así, cuando se hagan viejos no se desviarán de él», cuenta de memoria Gallego. Para los Testigos, el único Dios verdadero es Jehová y Jesús es su hijo. Y no forman parte de la misma Trinidad. Además, el alma es concebida como un ente mortal. Estos serían, grosso modo, algunos de los principios sobre los que pivota la fe de los Testigos de Jehová. Pero no solo estos.
Otro de los hechos diferenciadores es, por ejemplo, el bautismo, que se realiza por ´inmersión´, «tal y como se bautizó a Jesús en el río Jordán», explica Caro. A juzgar por los rostros de los 37 nuevos miembros, se trata de una experiencia casi mística y enormemente grata: «La sensación es muy grande», dice un angoleño llamado Pedro Castro. «Para mí significa un antes y un después, un empezar de cero, otra oportunidad», narra Salvador Hernández a la salida de la piscina, donde se llevan a cabo los bautizos. Sabino Urbano dice que ha sido el último de su familia en abrazar la fe y asegura sentirse «muy feliz» y, sobre todo, preparado para ser testigo de ella y difundirla ´puerta por puerta´ y ´casa por casa´.
Por supuesto, cualquiera no puede convertirse en Testigo de Jehová de la noche a la mañana. Es necesario cumplir una serie de requisitos de conducta que hagan del fiel una persona modelo capaz de ´esparcir´ su fe por todos los rincones. Además, normalmente, el futuro ´ministro´ suele pasar una media de 3 años de estudio de las Sagradas Escrituras, de manera que pueda dar fe de ellas con conocimiento de causa.
Los Testigos de Jehová celebran durante este verano hasta 32 Asambles en 21 ciudades diferentes. Tienen presencia en 236 países y su credo es traducido a 194 idiomas como ruso, chino, escandinavo, árabe, búlgaro, rumano, e incluso, a la lengua de signos.
Un joven muestra al objetivo la acreditación para la Asamblea, con el eslogan que reza: "Protejamos al corazón" |
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