Los padres son testigos de Jehová y se negaban a esa práctica. Los médicos recurrieron a Tribunales y un magistrado entendió que había que privilegiar el derecho a la vida
01 de febrero de 2012
Se privilegió “el derecho del niño a la vida”. Así explicó el defensor general Alberto Plana, en diálogo con el programa A diario de Radio 2, la decisión de la Justicia de obligar a realizar una transfusión de sangre a un bebé que nació prematuro y cuyos padres se negaban por ser testigos de Jehová.
El pedido para que, ante la negativa de los padres, inteviniera la Justicia lo formularon los médicos del servicio de Neronatología del Hospital Español y recayó en el Juzgado de Familia Número 5 en feria, a cargo de Marcelo Molina.
Plana dictaminó que había que responder afirmativamente el pedido y luego salió la orden del magistrado.
“Había una incompatibilidad entre los intereses del bebé y las creencias de sus papás. Se evaluó que la criatura estaba en situación de peligro y se resolvió en función del derecho a la vida, sin desmerecer las creencias religiosas”, afirmó Plana.
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