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Denuncian trabas a testigos de Jehová en hospital materno-infantil en Chilpancingo
CITLAL GILES SÁNCHEZ ( )
Chilpancingo, 30 de diciembre. Usuarios del Hospital de la Madre y el Niño se quejaron de que las autoridades médicas no les informan sobre la salud de una paciente internada por dengue hemorrágico.
Areli Portillo Alejo, quien tiene siete meses de embarazo, era atendida en el nosocomio de Coyuca de Catalán por un cuadro de dengue hemorrágico, pero se complicó su salud, y la enviaron al Hospital de la Madre y el Niño Guerrerense en esta capital, detalló su padre, José Portillo Mojica.
Procedentes de Las Querendas, municipio de Pungarabato –a unas ocho horas de la capital–, Portillo Mojica llegó a las 4 de la madrugada de este domingo con su hija Areli al Hospital de la Madre y el Niño. Sin embargo, los médicos no querían atenderla, debido a que la paciente necesitaba una transfusión de sangre, y los familiares, por ser testigos de Jehová, no aceptan eso.
“No nos querían atender porque nosotros somos testigos de Jehová y no estamos de acuerdo con las transfusiones de sangre; el médico se negó a respetar nuestra religión y nos dijo que de todas formas, cualquier cosa, ellos se iban a sujetar a las reglas del hospital, que iban a hacer la transfusión de sangre en caso de ser necesario. Le dijimos que hay otros procedimientos mejores que la transfusión y sin riesgos; nosotros tenemos gente especializada, preparados para este tipo de situaciones y pedimos que lo dejaran estar presente, pero no lo dejaron porque según que la única autoridad son ellos”, relató Portillo Mojica.
Finalmente, Areli Portillo fue atendida. Sin embargo, los familiares de la paciente reprocharon que desde las 4 de la mañana, cuando ingresó, no han sabido sobre la salud de Areli.
“El problema es que nos están restringiendo mucho la entrada a ver a nuestro familiar; no sabemos nada de ella; queremos entrar a ver a nuestra paciente, y no nos dejan, aun en horario de visitas”, se quejó José Portillo.
En la entrada hay un letrero en el que se detalla que el horario de visitas es de 11 a12 de la mañana; “sólo una hora y sólo puede pasar una persona; si entra, ya no puede salir”, indicaron.
“Ahorita entró su esposo (de Areli), pero yo soy su padre y quiero entrar a verla también, pero no me dejan; venimos desde tan lejos, desde las 4 de la mañana estamos aquí y desde esa hora no sabemos nada de ella, ni cómo está o si ha mejorado o no; el médico que la recibió en la madrugada ya no es, ahora es otro por el cambio de turno, y no nos informan nada”, se quejó.
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