A. MUÑOZ PADRÓS 07/08/2011 En la capital aragonesa, conocida por haber albergado a tres diferentes culturas hace ya seis siglos, conviven no solo tres si no al menos a ocho creencias distintas, algunas de ellas derivadas de la llegada de inmigrantes a la ciudad. El hecho de que existen 118 comunidades religiosas minoritarias, sin embargo, es algo desconocido para la mayor parte de los zaragozanos. Cada uno de los distintos cultos tratan de comunicar su mensaje y llegar a las personas de diferentes formas.
La comunidad musulmana no realiza proselitismo y "está teniendo un proceso expansivo importante, derivado del asentamiento de colectivos inmigrantes", tal y como afirma Carlos Gómez Bahillo, sociólogo y experto en minorías religiosas. Según Abdelkader Aarab, coordinador de las comunidades musulmanas de Aragón, Navarra y Rioja, "en Zaragoza hay un montón de conversos. Son personas que se han acercado ellas mismas a la comunidad, ya sea porque han llegado al Islam por aspectos como la cocina o la música árabe o porque han leído libros y han viajado. Siempre ha habido curiosidad". Gómez Bahillo apunta en cambio que "las conversiones de cristianos al islam siguen siendo muy minoritarias".
ADAPTACIÓN Esta semana comenzó el mes del Ramadán, periodo en el que 42.000 musulmanes residentes en Aragón no deberán ingerir alimentos ni bebidas hasta que caiga la noche, según la fe islámica. 28.000 de ellos residen en Zaragoza. La mayoría son de origen marroquí, según Aarab: "En toda la región son alrededor de 32.000, pero como la gente sin documentos no está censada, la cifra real sobrepasa este número".
La comunidad católica también realiza actualmente un esfuerzo por adaptarse a la población y romper barreras lingüísticas, a pesar de ser todavía la mayoritaria por excelencia, con un número total de parroquias y capillas de 74, sin contar las numerosas órdenes religiosas. En domingos alternos, existe la posibilidad de oír misa en polaco, rumano, francés, inglés, chino y ucraniano, al igual que también se ofrecen misas con africanos y latino-americanas.
Las congregaciones de Testigos de Jehová también intentan que el idioma no suponga un problema. Los miembros de esta comunidad, que se basan de forma prácticamente exclusiva en la Biblia, han optado por traducir las Sagradas Escrituras a las lenguas maternas de sus miembros, y así en los Salones del Reino de Zaragoza, como en el último inaugurado en el barrio Oliver este año, los carteles están también escritos en chino y también hay una comunidad en el barrio del Actur en lengua rumana. En este intento por acortar las fronteras comunicativas, también han prestado "mucho interés en el colectivo sordo y ciego, con el objetivo de integrarles en la colectividad", cuenta Aníbal Matas, portavoz de la sede nacional. En Zaragoza existen 14 salones del reino y 29 congregaciones a donde acuden los 2.050 testigos de la capital de los 2.400 existentes en todo Aragón. Sin embargo, la fe llegó primero a Jaca en la década de los 30 y practicaron el culto en clandestinidad durante la Guerra Civil y la dictadura. Matas explica que "ha habido un aumento continuo de miembros en los últimos años por el interés de otras etnias".
La comunidad musulmana no realiza proselitismo y "está teniendo un proceso expansivo importante, derivado del asentamiento de colectivos inmigrantes", tal y como afirma Carlos Gómez Bahillo, sociólogo y experto en minorías religiosas. Según Abdelkader Aarab, coordinador de las comunidades musulmanas de Aragón, Navarra y Rioja, "en Zaragoza hay un montón de conversos. Son personas que se han acercado ellas mismas a la comunidad, ya sea porque han llegado al Islam por aspectos como la cocina o la música árabe o porque han leído libros y han viajado. Siempre ha habido curiosidad". Gómez Bahillo apunta en cambio que "las conversiones de cristianos al islam siguen siendo muy minoritarias".
ADAPTACIÓN Esta semana comenzó el mes del Ramadán, periodo en el que 42.000 musulmanes residentes en Aragón no deberán ingerir alimentos ni bebidas hasta que caiga la noche, según la fe islámica. 28.000 de ellos residen en Zaragoza. La mayoría son de origen marroquí, según Aarab: "En toda la región son alrededor de 32.000, pero como la gente sin documentos no está censada, la cifra real sobrepasa este número".
La comunidad católica también realiza actualmente un esfuerzo por adaptarse a la población y romper barreras lingüísticas, a pesar de ser todavía la mayoritaria por excelencia, con un número total de parroquias y capillas de 74, sin contar las numerosas órdenes religiosas. En domingos alternos, existe la posibilidad de oír misa en polaco, rumano, francés, inglés, chino y ucraniano, al igual que también se ofrecen misas con africanos y latino-americanas.
Las congregaciones de Testigos de Jehová también intentan que el idioma no suponga un problema. Los miembros de esta comunidad, que se basan de forma prácticamente exclusiva en la Biblia, han optado por traducir las Sagradas Escrituras a las lenguas maternas de sus miembros, y así en los Salones del Reino de Zaragoza, como en el último inaugurado en el barrio Oliver este año, los carteles están también escritos en chino y también hay una comunidad en el barrio del Actur en lengua rumana. En este intento por acortar las fronteras comunicativas, también han prestado "mucho interés en el colectivo sordo y ciego, con el objetivo de integrarles en la colectividad", cuenta Aníbal Matas, portavoz de la sede nacional. En Zaragoza existen 14 salones del reino y 29 congregaciones a donde acuden los 2.050 testigos de la capital de los 2.400 existentes en todo Aragón. Sin embargo, la fe llegó primero a Jaca en la década de los 30 y practicaron el culto en clandestinidad durante la Guerra Civil y la dictadura. Matas explica que "ha habido un aumento continuo de miembros en los últimos años por el interés de otras etnias".
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