El metro: el nuevo objetivo de los testigos de Jehová
El movimiento afirma que tiene 1.000 personas repartiendo material de lectura en Londres.
Por todos es conocido el modus operandi de los testigos de Jehová. Dos personas bien educadas que llaman a la puerta y tratan de entablar conversación con el dueño de la casa.
Pero últimamente el movimiento religioso de base cristiana está probando un método diferente en varias ciudades de EE.UU. y Reino Unido.
Una táctica que en principio parece opuesta a la que el grupo ejerce casa por casa: los voluntarios se sitúan a diario en estaciones de tren, centros comerciales y otros espacios concurridos, y pasan la mayor parte del día sonriendo, sin decir gran cosa, esperando a que sean los interesados los que se acerquen, sin hacerles parar.
La primera urbe en la que los testigos pusieron en marcha la nueva estrategia fue Nueva York, hace tres años. Y ahora en Reino Unido la están desarrollando en 14 ciudades: Belfast, Birmingham, Bristol, Cardiff, Dublín, Edinburgo, Glasgow, Leeds, Liverpool, Londres, Mánchester, Newcastle, Nottingham y Sheffield.
A la espera del adepto
La nueva táctica es menos agresiva que el puerta a puerta.
Solo en Londres, el movimiento afirma que tiene 1.000 personas ofreciendo material de lectura, y que éstas reparten al mes 6.000 informes, 20.000 libros y 100.000 revistas. Y añade que en Oxford Circus, la cuarta estación de metro más concurrida de Reino Unido, ubicada en el corazón de la capital, cientos de miles de personas pasan junto a los testigos de Jehová cada semana.
Deep Singh, el coordinador de la actividad de los testigos en ese área, antes de empezar a honrar a Jehová hace 23 años fue sij - creyente del sijismo, la religión monoteísta fundada por Nanak en la India en el siglo XVI, que combina elementos del hinduismo y del islamismo-. Singh pasa el día a la entrada del metro con los brazos cruzados, sosteniendo el libro titulado ¿Qué enseña realmente la Biblia?
Su mujer Ruth, mientras tanto, se sitúa junto a un estante con copias de la revista insignia de los testigos de Jehová, Awake! - ¡Despierta!, en inglés-. A la pareja la acompaña otro voluntario. Y las otras entradas y salidas de la estación están a cargo de otros grupos.
Si se espera junto a los voluntarios durante una hora, parece que pocos viandantes paran para hablar con ellos.
El movimiento no tiene cifras que muestren cuántos creyentes ha producido esta parte de su misión. Y enfatiza que se trata de una estrategia adicional más que una sustituta de la evangelización puerta a puerta, pero es optimista en cuanto al impacto que está produciendo.
La evangelización puerta a puerta es el modus operandi clásico de los testigos de Jehová.
Los testigos de Jehová afirman que el número de mayo de Awake!, con el tema Estrés, las claves para gestionarlo en portada, ha sido el más popular hasta ahora.
"La gente hizo cola en la City -el distrito financiero de Londres- para conseguir una copia", dice Singh. "Una mujer preguntó si podía tomar copias para sus colegas, porque todas en su oficina estaban estresadas".
El matrimonio dejó de lado su trabajo remunerado más allá del movimiento para dedicarse de 7:00 a 7:00 al "trabajo del Señor", tal como dice el perfil de Deep en el servicio de mensajería para móviles WhatsApp.
"Lo hago por la gente. La vida es un desastre, y ayudamos a la gente a mejorar moral, espiritual y emocionalmente", explica Singh.
"Esta forma de evangelización es definitivamente mejor para la gente secular que quiere tener el control", añade. "Puede ingnorarnos, hacernos preguntas o simplemente llevarse un libro que contiene las respuestas que está buscando".
Ruth Singh, que creció con una madre testigo de Jehová y un padre ateo, está de acuerdo. "Tiene sentido", dice. "La gente está tan ocupada que este formato encaja en sus agitados horarios".
El fin del puerta a puerta
Sin embargo, Scott Terry, quien fuera testigo de Jehová por 14 años, y autor del libro Vaqueros, Armagedón y la verdad: cómo un niño gay se salvó de la religión, cree que es la apatía generalizada hacia el puerta a puerta está detrás del cambio de enfoque.
Los testigos están obligados a predicar la palabra de Dios como voluntarios.
"La mayoría de los testigos de Jehová que conozco odian el puerta a puerta", dice Terry. "Sin embargo, están obligados demostrar que han pasado las horas requeridas predicando. Sé de testigos que hacen todo lo posible para estirar esas horas, incluyendo el tiempo pasado en el coche, de camino a los barrios designados", explica.
"Situarse en una estación de tren es la vía fácil. Hay menos confrontación que al llamar a la puerta de la gente, y es una manera más sencilla de cumplir con las horas necesarias para estar a bien con la congregación".
El movimiento se refiere a la acción de la calle como otra forma de proselitismo, dice Mark O'Malley, vocero de la Oficina de Información Pública de los Testigos de Jehová.
A lo largo de su historia han probado con diferentes tácticas. "El foto-drama de la Creación, por ejemplo, fue lanzado en 1914. Recreaba escenas bíblicas combinando imágenes en movimiento, sonidos grabados y diapositivas en color. En 1920 empezamos a usar la radio para difundir el mensaje de la Biblia".
"Hoy, el portal de internet jp.org, en el que se puede navegar en más de 300 idiomas, recibe alrededor de un millón de visitas únicas cada día".
Regreso al origen
En cierto sentido, la estrategia de calle actual es un regreso a tácticas anteriores.
"Hay muchos registros de predicaciones públicas de entre los años 1930 y 1940, que yo sepa", añade Terry. "Pero, en mi opinión, los testigos de Jehová empezaron a inclinarse por la evangelización puerta a puerta en la década de 1960".
El de los testigos de Jehová es un movimiento global de ocho millones de miembros.
"El de los testigos de Jehová es una religión proselitista, y sus miembros creen que la evangelización agresiva es esencial para el Armagedón -la batalla final entre el bien y el mal- y el posterior Nuevo Reino", dice Andrew Holden, el autor de Testigos de Jehová: retrato de un movimiento religioso contemporáneo.
"Durante un tiempo fue común que los testigos predicaran y distribuyeran su literatura en los centros de las ciudades, antes de que su actividad evangelista fuera restringida, tanto por la ley como por las políticas de los consejos locales".
Los testigos de Jehová, un movimiento global con más de ocho millones de miembros, creen que la humanidad vive "el fin de los tiempos", explica Holden, pero este solo será superado con la "palabra verdadera" de Dios sea predicado hasta los últimos confines de la tierra.
"La acción de la calle es, en términos de los testigos de Jehová, el empujón final para los conversos antes de que comience la era milenaria", añade.