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Víctor M. Santiago 17 de mayo de 2012
La polémica surgida por la decisión del Tribunal Federal para permitir la entrada a los Testigos de Jehová a las urbanizaciones con control de acceso se ha salido de toda proporción.
Los Testigos de Jehová trabajan de una forma que no puede ser imitada por ningún delincuente. Ellos van en grupos integrados por personas mayores, damas y niños, impecablemente vestidos, muchos de ellos con sombreros y sombrillas. Con su literatura en mano y en las horas del día. Aparte de esto si se les pide identificación para la entrada y se anota el número de tablillas de sus autos entiendo que ninguno de ellos se negará.
La persona que no quiera que se le toque a su puerta puede instalar un pequeño letrero que así lo indique. Mi madre de 91 años ha pertenecido a esa congregación por los últimos 65 años sin tener nunca un problema con los vecinos. Me cuenta ella que una vez estuvo tocando la puerta de una familia por diez años hasta que por fin la dejaron entrar y le obsequiaron un café.
Seamos respetuosos con las personas que sólo tratan de ayudar al prójimo y dediquemos nuestros esfuerzos a resolver los problemas reales que nos aquejan.
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