Unos valiosos manuscritos de la Biblia que conservó durante siglos la comunidad judía de la capital de Siria, Damasco, se exhibieron durante apenas unas horas este miércoles en Jerusalén. Pertenecen a una colección llevada de Siria a Israel clandestinamente antes de que la comunidad judía desapareciera de allí a finales del siglo XX.
La colección (k) se guarda en la Biblioteca Nacional de Israel y el acceso a ella está estrictamente limitado. Por motivos de seguridad y de conservación, la mayor parte de la colección se expuso al público sólo una vez antes, también por solo unas horas, hace más de diez años.
La colección consta de 11 volúmenes que tienen entre 700 y 1.000 años de antigüedad y recibieron el nombre de Coronas de Damasco (la lengua hebrea utiliza el término ‘corona’ para denominar a copias de la Biblia que tienen mucha importancia cultural). Están escritos en pergamino y lucen con una caligrafía hebrea escrupulosa y minúscula e ilustraciones con uso de tinta de oro.
Ningún manuscrito fue elaborado en Damasco sino que se guardaron en las sinagogas de la ciudad durante siglos. Originalmente provienen de países de Europa y Oriente Próximo.
La comunidad judía residió en la capital siria durante más de 2.000 años antes de que sus miembros fueran expulsados paulatinamente durante el siglo XX debido a la expansión del nacionalismo árabe.
La colección (k) se guarda en la Biblioteca Nacional de Israel y el acceso a ella está estrictamente limitado. Por motivos de seguridad y de conservación, la mayor parte de la colección se expuso al público sólo una vez antes, también por solo unas horas, hace más de diez años.
La colección consta de 11 volúmenes que tienen entre 700 y 1.000 años de antigüedad y recibieron el nombre de Coronas de Damasco (la lengua hebrea utiliza el término ‘corona’ para denominar a copias de la Biblia que tienen mucha importancia cultural). Están escritos en pergamino y lucen con una caligrafía hebrea escrupulosa y minúscula e ilustraciones con uso de tinta de oro.
Ningún manuscrito fue elaborado en Damasco sino que se guardaron en las sinagogas de la ciudad durante siglos. Originalmente provienen de países de Europa y Oriente Próximo.
La comunidad judía residió en la capital siria durante más de 2.000 años antes de que sus miembros fueran expulsados paulatinamente durante el siglo XX debido a la expansión del nacionalismo árabe.
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