3 Abril 12 Algunos documentos salen por primera vez de colecciones privadas
Una muestra de la Biblioteca Nacional recoge manuscritos elaborados en la Península Ibérica y usados por judíos y conversos durante la Edad Media
No es un libro más del judaísmo. La Biblia constituye el eje de la cultura hebrea. Toda la vida cultural y religiosa de los judíos de la Península Ibérica en la Edad Media giró alrededor de la producción y uso de la Biblia. Comisariada por Javier del Barco, «Biblias de Sefarad: las vidas cruzadas del texto y sus lectores» se expone en la sala Hipóstila de la Biblioteca Nacional y muestra los modos en que era leída, interpretada y representada. Cerca de 50 piezas entre documentos y objetos artísticos, como lámparas de sinagoga, amuletos, anillos, capiteles e inscripciones en piedra.
Muy desconocidos
Su esencia es mostrar unos manuscritos que fueron producidos en la Península Ibérica y que fueron usados por judíos y conversos de la España medieval. Documentos bastante desconocidos, muchos pertenecen a colecciones privadas o a instituciones: ésta es la primera vez que salen de ellas, lo que supone, por tanto, una oportunidad única de conocerlos y comprender un fragmento de la historia cultural de España.
La exposición se articula en ocho secciones: la Biblia, lugar central en la cultura sefardí; el aprendizaje de la lengua en la que está escrita; el hebreo, objeto de estudio y traducción; y con obras como el «Compendio de gramática hebrea», un códice de 1523 con traducción latina de Alfonso de Zamora. La liturgia pública y privada con el texto sagrado como base; la exégesis bíblica con las interpretaciones de los textos; la polémica que conllevan las distintas interpretaciones; la razón y la revelación, el enfrentamiento entre ciencia y fe; los espacios de lectura y los tipos de lectores, así como los distintos usos del texto bíblico y su influencia en la arquitectura, la poesía o la ornamentación. El último apartado hace referencia al coleccionismo en España, los manuscritos elegidos son un testimonio de permanencia o de viaje de ida y vuelta que refleja las propias vidas de sus lectores y poseedores.
Muchas de las Biblias que aquí se exponen han llevado una vida tan azarosa como la de sus propietarios. Vivieron muchos años –siglos– en el exilio, salieron tras la expulsión de los judíos en 1492. Los manuscritos se dispersaron por media Europa, y otros fueron escondidos o requisados en España. De los que vieron la luz en aquel periodo, sólo el 10 por ciento se ha conservado. Los pocos que permanecieron en nuestro territorio estuvieron en manos de la Iglesia, de la Inquisición o de familias privadas.
Oraciones para las fiestas
Cabe destacar documentos como el rollo de «Esther», la «Fortalitium fidei» –importantísima obra judeocristiana de la baja Edad Media–, o una copia en hebreo de la «Guía de perplejos», de 1380, que escribió en árabe una figura clave de la filosofía judía, el cordobés Maimónides. Oraciones para las fiestas –curiosa por sus pequeñas dimensiones– o poesías que mencionan a distintas comunidades judías. Al ser una producción medieval manuscrita, cada documento es único. Y por la dificultad de reunir este material en una exposición, única es también la oportunidad de visitarla.
El detalle
LA JOYA DE LA CASA DE ALBA
Una de las obras expuestas pertenece a la Casa de Alba, la llamada «Biblia de Alba», que reposa en el palacio de Liria en Madrid. Es un manuscrito excepcional del segundo cuarto del siglo XV que pasó por la Inquisición y por el conde-duque de Olivares y que nunca llegó a salir de España. Es una de las pocas traducciones completas al castellano que se conservan de la Edad Media. La realizó un judío que trabajó conjuntamente con dos monjes cristianos.
- Dónde: Sala Hipóstila de la Biblioteca Nacional. Madrid
- Cuándo: hasta el 13 de mayo.
- Cuánto: gratuita.
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