Unas 150 personas se reunieron el miércoles en el Salón del Reino de los Testigos de Jehová para un servicio religioso en homenaje a la familia asesinada en Ciudad Juárez.
"Era gente honorable, dedicada a los asuntos de la congregación y a Dios. Venían a las reuniones todos los jueves y domingos", expresó el líder religioso Ismael Toribio. "Esto es algo inexplicable. Estamos en shock".
Los fiscales dijeron que los asesinos habían ido a la casa de la familia hacía un mes para tratar de cobrar 115 dólares que Romero Sánchez debía por el uso de un perro reproductor. El hombre les dijo que no tenía el dinero.
Los individuos regresaron el domingo a la vivienda de este barrio pobre y cuando Romero Sánchez les dijo nuevamente que no podía pagarles, ataron a la familia, los amordazaron y los mataron a puñaladas. Además de Romero Sánchez, fueron asesinados su esposa, sus hijos de cuatro y seis años y otros cuatro familiares, incluido uno de dos años.
Líderes de la congregación dijeron que jamás oyeron que la familia tuviese problemas de ningún tipo.
"Uno se pregunta ¿por qué?", expresó el religioso Daniel Sierra ante la congregación. "Porque Satán es el gobernante de esta tierra".
Las autoridades detuvieron a dos sospechosos el martes luego de encontrarles rastros de sangre en la ropa, según el subprocurador del estado de Chihuahua Enrique Villarreal Macías. También se ordenaron análisis de ADN de muestras tomadas de las uñas de las víctimas.
La desconfianza generalizada en el sistema judicial de Ciudad Juárez y sospechas de que se consiguieron confesiones de gente inocente a fuerza de torturas hicieron que los fiscales presentasen a los dos detenidos a la prensa y que los periodistas les hiciesen preguntas.
Ninguno de los dos parecía haber sido maltratado físicamente, pero solo uno de ellos, Jesús Mendoza Hernández, de 21 años, habló con los periodistas. Dijo que se había quedado haciendo guardia frente a la casa mientras el otro sospechoso, Edgar Luján Guevara, de 31 años, apuñalaba a la familia.
"Estaba cuidando la puerta de la casa, pero no maté a nadie", dijo Mendoza.
Añadió que escuchó gritos, ingresó a la vivienda y vio a Romero Sánchez y a una mujer muertos. Luego se alzó con 2.500 pesos (192 dólares) de los bolsillos y las carteras de las víctimas y se fue.
El fiscal Villarreal Macías dijo que hay otros dos sospechosos prófugos, que se cree participaron en las matanzas y ayudaron a apilar los cuerpos en camas, los de los tres niños encima de los de los cinco adultos. Mendoza Hernández, no obstante, dijo que él y Luján Guevara no tuvieron cómplices.
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