Numero oficial de Testigos Fallecidos :

En el bus, viajaban 16 miembros de la congregación de Testigos de Jehová de Ibarra , de los cuales 7 fallecieron. 12 Precursores regulares 

Dos de ellos, Estuardo Reina y Nelly Ramírez, los trasladaron en helicóptero al hospital Eugenio Espejo, de Quito.

Wilfrido Ortiz, miembro de la congregación , cuenta que hace pocos meses iniciaron la lectura pública de la Biblia en Lita, poblado que marca la frontera con Esmeraldas. “Somos organizados y visitamos el poblado, antes contábamos con un pequeño camión, pero la Policía impidió que lo usemos por un tema de seguridad, contratamos entonces un transporte que continuamente nos ayudaba, pero no apareció, entonces tomaron la cooperativa”

La madrugada  del domingo el conductor se ausentó y el grupo decidió movilizarse en el transporte interprovincial.

Ricardo Ruíz  amigo de los fallecidos  explica: “Como todos los domingos se dirigían a predicar en Lita, un trabajo que se hace todos los días. Por esta vez el señor de la buseta privada que nos traslada no pudo acompañar a los hermanos debido al feriado”, “Tomaron el primer bus que encontraron en la terminal, sin imaginar lo que iba a ocurrir” .

Recalcamos este dato porque muchos titulares han dicho o dado a entender que todos los pasajeros eran testigos o que todos los fallecidos eran testigos. La cifra dada de 29 es muy diferente a 7, este dato no disminuye el dolor de las familiar pero se debe decir como fue la situación.

Fueron velados en el coliseo de la Unión Nacional de Educadores.

Desde la noche del domingo, los cuerpos de:

1.       Ernesto Males,

2.       Gloria Males,

3.       Lucila de la Torre,

4.       Guillermina Santiana,

5.       Rosa Minda de Chalá,

6.       Silvio Tadeo

7.       Eva de Tadeo

Todos fueron acompañados por decenas de personas, en medio de oraciones a Jehová.

A las 15:00 de ayer se había convocado a los familiares y hermanos con el propósito de participar de una oración masiva antes de que trasladaran los cuerpos al cementerio.

Pese a la adversidad, permanecían en silencio, dedicados a la oración y a la conversación calmada, con el ánimo de apaciguar las penas.