Lectura de la Biblia: Proverbios 17 a 21
Núm. 1: Proverbios 17:21–18:13
Núm. 2: ¿Hasta qué grado forman parte de “la señal” las guerras y la escasez de alimento? (rs pág. 420 párr. 2–pág. 421 párr. 3)
Núm. 3: ¿Qué revelan de sí mismos quienes alaban la creación en vez de al Creador? (Rom. 1:20)
Núm. 1: Proverbios 17:21–18:13
Núm. 2: ¿Hasta qué grado forman parte de “la señal” las guerras y la escasez de alimento? (rs pág. 420 párr. 2–pág. 421 párr. 3)
Núm. 3: ¿Qué revelan de sí mismos quienes alaban la creación en vez de al Creador? (Rom. 1:20)
(Proverbios 12:1-16:33)
Proverbios 1717 Mejor es un pedazo de pan seco con el cual hay tranquilidad que una casa llena de los sacrificios de la riña. 2 El siervo que muestra perspicacia gobernará sobre el hijo que actúa vergonzosamente, y en medio de los hermanos participará de la herencia. 3 El vaso de refinación es para la plata y el horno para el oro, pero Jehová es el examinador de los corazones. 4 El malhechor presta atención al labio de la nocividad. Un falsificador presta oído a la lengua que causa adversidades. 5 El que hace escarnio de la persona de escasos recursos ha vituperado a su Hacedor. El que está gozoso por el desastre [ajeno] no quedará libre de castigo. 6 La corona de los viejos son los nietos, y la hermosura de los hijos son sus padres. 7 Para cualquiera que es insensato el labio de la rectitud no es propio. ¡Cuánto menos para el noble el labio de la falsedad! 8 El regalo es una piedra que se granjea favor a los ojos de su magnífico dueño. Adondequiera que él se vuelve logra éxito. 9 El que encubre la transgresión busca amor, y el que sigue hablando de un asunto separa a los que se han familiarizado entre sí. 10 Una reprensión obra más profundamente en un entendido que el golpear cien veces a un estúpido. 11 Solo la rebelión es lo que el malo sigue buscando, y cruel es el mensajero que es enviado contra él. 12 Que haya un encontrarse un hombre con una osa privada de sus cachorros, más bien que con cualquiera que es estúpido en su tontedad. 13 En cuanto a cualquiera que paga mal por bien, el mal no se alejará de su casa. 14 El principio de la contienda es como alguien que da curso libre a las aguas; por eso, antes que haya estallado la riña, retírate. 15 Cualquiera que pronuncia justo al inicuo y cualquiera que pronuncia inicuo al justo... aun ambos son cosa detestable a Jehová. 16 ¿Por qué hay en la mano del estúpido el precio para adquirir sabiduría, cuando él no tiene corazón? 17 Un compañero verdadero ama en todo tiempo, y es un hermano nacido para cuando hay angustia. 18 Un hombre falto de corazón estrecha las manos, y sale pleno fiador delante de su compañero. 19 Cualquiera que ama la transgresión está amando una lucha. Cualquiera que hace alto su paso de entrada está buscando un ruidoso estrellarse. 20 El que es torcido de corazón no hallará el bien, y el que está volteado en su lengua caerá en calamidad. 21 Cualquiera que llega a ser padre de un hijo estúpido... le es un desconsuelo; y el padre de un hijo insensato no se regocija. 22 Un corazón que está gozoso hace bien como sanador, pero un espíritu que está herido seca los huesos. 23 El que es inicuo toma hasta un soborno del seno para desviar las sendas del juicio. 24 La sabiduría está delante del rostro del entendido, pero los ojos del estúpido están en la extremidad de la tierra. 25 Un hijo estúpido es una irritación a su padre y una amargura a la que lo dio a luz. 26 Además, el imponer una multa al justo no es bueno. Golpear a nobles está contra lo que es recto. 27 Cualquiera que retiene sus dichos posee conocimiento, y un hombre de discernimiento es sereno de espíritu. 28 Aun el tonto, cuando guarda silencio, será tenido por sabio; cualquiera que cierra sus propios labios, por entendido.
Proverbios 18
Proverbios 18
18 El que se aísla buscará [su propio] anhelo egoísta; contra toda sabiduría práctica estallará. 2 El que es estúpido no halla deleite en el discernimiento, fuera de que su corazón se descubra. 3 Cuando entra el inicuo, también tiene que entrar el desprecio; y junto con la deshonra hay oprobio. 4 Las palabras de la boca de un hombre son aguas profundas. El pozo de la sabiduría es un torrente que sale burbujeando. 5 Mostrar parcialidad al inicuo no es bueno, ni apartar al justo en el juicio. 6 Los labios de uno que es estúpido se meten en riñas, y su misma boca pide hasta golpes. 7 La boca del estúpido es su ruina, y sus labios son un lazo para su alma. 8 Las palabras del calumniador son como cosas que han de tragarse vorazmente, que de veras bajan a las partes más recónditas del vientre. 9 También, el que se muestra flojo en su trabajo... hermano es del que causa ruina. 10 El nombre de Jehová es una torre fuerte. A ella corre el justo, y se le da protección. 11 Las cosas valiosas del rico son su pueblo fuerte, y son como un muro protector en su imaginación. 12 Antes de un ruidoso estrellarse el corazón del hombre es altanero, y antes de la gloria hay humildad. 13 Cuando alguien responde a un asunto antes de oír[lo], eso es tontedad de su parte y una humillación. 14 El espíritu de un hombre puede soportar su dolencia; pero en cuanto al espíritu herido, ¿quién puede aguantarlo? 15 El corazón del entendido adquiere conocimiento, y el oído de los sabios procura hallar conocimiento. 16 La dádiva de un hombre le efectúa una gran abertura, y lo conduce aun delante de los grandes. 17 El que es primero en su causa judicial es justo; su prójimo entra, y ciertamente lo escudriña completamente. 18 La suerte [echada] hace cesar hasta las contiendas, y separa, uno de otro, hasta a los poderosos. 19 El hermano contra quien se ha transgredido es más que un pueblo fuerte; y hay contiendas que son como la barra de una torre de habitación. 20 Del fruto de la boca del hombre queda satisfecho su vientre; él queda satisfecho hasta con el producto de sus labios. 21 Muerte y vida están en el poder de la lengua, y el que la ama comerá su fruto. 22 ¿Ha hallado uno una esposa [buena]? Ha hallado una cosa buena, y consigue buena voluntad de Jehová. 23 El de escasos recursos profiere súplicas, pero el que es rico responde de manera fuerte. 24 Existen compañeros dispuestos a hacerse pedazos, pero existe un amigo más apegado que un hermano.
Proverbios 19
Proverbios 19
19 Cualquiera de escasos recursos que anda en su integridad es mejor que el que es torcido en sus labios, y [que] el que es estúpido. 2 Además, el que el alma esté sin conocimiento no es bueno, y el que se apresura con los pies está pecando. 3 La tontedad del hombre terrestre tuerce su camino, y por eso su corazón se enfurece contra Jehová mismo. 4 La riqueza es lo que agrega muchos compañeros, pero uno que es de condición humilde se ve separado hasta de su compañero. 5 Un testigo falso no quedará libre de castigo, y el que lanza mentiras no escapará. 6 Son muchos los que ablandan el rostro del noble, y todo el mundo es compañero del hombre que hace dádivas. 7 Todos los hermanos del de escasos recursos lo han odiado. ¡Cuánto más lejos se han mantenido de él sus amigos personales! Él va en seguimiento con cosas que decir; ellos no. 8 El que adquiere corazón ama su propia alma. El que guarda el discernimiento va a hallar el bien. 9 El testigo falso no quedará libre de castigo, y el que lanza mentiras perecerá. 10 El lujo no es propio para alguien que es estúpido. ¡Cuánto menos para un siervo gobernar sobre príncipes! 11 La perspicacia del hombre ciertamente retarda su cólera, y es hermosura de su parte pasar por alto la transgresión. 12 La furia de un rey es un gruñido como el de un leoncillo crinado, pero su buena voluntad es como el rocío sobre la vegetación. 13 Un hijo estúpido significa adversidades para su padre, y las contiendas de una esposa son como un techo con goteras que ahuyenta a uno. 14 La herencia de parte de los padres es una casa y riqueza, pero la esposa discreta es de parte de Jehová. 15 La pereza hace caer un sueño profundo, y el alma floja padece hambre. 16 El que guarda el mandamiento guarda su alma; al que desprecia sus caminos se le dará muerte. 17 El que muestra favor al de condición humilde le presta a Jehová, y Él le pagará su trato. 18 Castiga a tu hijo mientras existe esperanza; y no levantes [el deseo de] tu alma para darle muerte. 19 El que es de gran furia cargará con la multa; pues si [lo] libraras, también habrías de seguir haciéndolo vez tras vez. 20 Escucha el consejo y acepta la disciplina, a fin de que te hagas sabio en tu futuro. 21 Son muchos los planes que hay en el corazón del hombre, pero el consejo de Jehová es lo que subsistirá. 22 La cosa deseable en el hombre terrestre es su bondad amorosa; y uno de escasos recursos es mejor que un hombre mentiroso. 23 El temor de Jehová tiende a la vida, y uno pasa la noche satisfecho; no será visitado por lo que es malo. 24 El perezoso ha escondido la mano en el tazón del banquete; no la puede volver a llevar ni a su propia boca. 25 Debes golpear al burlador, para que el inexperto se haga sagaz; y debe dirigirse censura al entendido, para que discierna conocimiento. 26 El que maltrata a un padre, [y] que ahuyenta a una madre, es un hijo que actúa vergonzosa y afrentosamente. 27 Cesa, hijo mío, de escuchar la disciplina [y significará] el descarriarte de los dichos del conocimiento. 28 Un testigo que para nada sirve escarnece la justicia, y la mismísima boca de la gente inicua se traga lo que es perjudicial. 29 Los juicios han sido firmemente establecidos para los burladores, y golpes para la espalda de los estúpidos.
Proverbios 20
Proverbios 20
20 El vino es burlador, el licor embriagante es alborotador, y todo el que se descarría por él no es sabio. 2 Lo aterrador de un rey es un gruñido como el de un leoncillo crinado. Cualquiera que atrae su furor contra sí está pecando contra su propia alma. 3 Es una gloria para el hombre desistir de disputar, pero todo el que es tonto estalla [en ello]. 4 A causa del invierno, el perezoso no quiere arar; mendigará en el tiempo de la siega, pero no habrá nada. 5 El consejo en el corazón del hombre es como aguas profundas, pero el hombre de discernimiento es el que lo sacará. 6 Una multitud de hombres proclama cada cual su propia bondad amorosa, pero al hombre fiel, ¿quién lo puede hallar? 7 El justo anda en su integridad. Felices son sus hijos después de él. 8 El rey está sentado sobre el trono de juicio, y dispersa toda maldad con sus propios ojos. 9 ¿Quién puede decir: “He limpiado mi corazón; he quedado puro de mi pecado”? 10 Dos tipos de pesas y dos tipos de medidas de efá... ambas juntas son cosa detestable a Jehová. 11 Hasta por sus prácticas el muchacho se da a conocer en cuanto a si su actividad es pura y recta. 12 El oído que oye y el ojo que ve... Jehová mismo ha hecho aun a ambos. 13 No ames el sueño, para que no vayas a parar en la pobreza. Abre los ojos; satisfácete de pan. 14 “¡Es malo, malo!”, dice el comprador, y sigue su camino. Entonces es cuando se jacta de sí mismo. 15 Existe oro, también una abundancia de corales; pero los labios del conocimiento son vasos preciosos. 16 Toma el vestido de uno, en caso de que haya salido fiador por un extraño; y en el caso de una extranjera, quita de él una prenda. 17 El pan [que se consigue por] falsedad es placentero al hombre, pero después la boca se le llena de grava. 18 Por el consejo los planes mismos se establecen firmemente; y con dirección diestra ocúpate en tu guerra. 19 El que anda de calumniador está descubriendo habla confidencial; y no debes tener compañerismo con uno que se deja seducir con sus labios. 20 En cuanto a cualquiera que invoca el mal contra su padre y contra su madre, su lámpara se extinguirá al acercarse la oscuridad. 21 Se está consiguiendo una herencia por avidez desmesurada al principio, pero su propio futuro no será bendecido. 22 No digas: “¡Ciertamente pagaré el mal!”. Espera en Jehová, y él te salvará. 23 Dos suertes de pesas son cosa detestable a Jehová, y una balanza defraudadora no es buena. 24 De Jehová son los pasos del hombre físicamente capacitado. En cuanto al hombre terrestre, ¿cómo puede él discernir su camino? 25 Es un lazo cuando el hombre terrestre ha clamado temerariamente: “¡Santo!”, y después de los votos [está dispuesto] a hacer examen. 26 El rey sabio dispersa a los inicuos, y hace tornar sobre ellos una rueda. 27 El aliento del hombre terrestre es la lámpara de Jehová, y escudriña cuidadosamente todas las partes más recónditas del vientre. 28 La bondad amorosa y el apego a la verdad... estos salvaguardan al rey; y por la bondad amorosa él ha sustentado su trono. 29 La hermosura de los jóvenes es su poder, y el esplendor de los viejos es su canicie. 30 Heridas de magullamiento son lo que por estregadura purifica del mal; y los golpes, las partes más recónditas del vientre.
Proverbios 21
Proverbios 21
21 El corazón de un rey es como corrientes de agua en la mano de Jehová. Adondequiera que él se deleita en hacerlo, lo vuelve. 2 Todo camino del hombre es recto a sus propios ojos, pero Jehová está avaluando los corazones. 3 Efectuar la justicia y el juicio es más preferible a Jehová que el sacrificio. 4 Ojos altivos y un corazón arrogante —lámpara de los inicuos— son pecado. 5 Los planes del diligente propenden de seguro a ventaja, pero todo el que es apresurado se encamina de seguro a la carencia. 6 El conseguir tesoros con una lengua falsa es una exhalación impelida [por el viento], en el caso de los que buscan la muerte. 7 El mismísimo despojo violento efectuado por los inicuos los arrastrará, porque han rehusado hacer justicia. 8 Un hombre, aun un extraño, es torcido en [su] camino; pero el puro es recto en su actividad. 9 Mejor es morar en un rincón de un techo que con una esposa contenciosa, aunque en una casa en común. 10 La mismísima alma del inicuo ha deseado con vehemencia lo que es malo; su prójimo no será objeto de favor a sus ojos. 11 Por la imposición de una multa al burlador, el inexperto se hace sabio; y por dar uno perspicacia al sabio, este consigue conocimiento. 12 El Justo está considerando la casa del inicuo, y subvierte a los inicuos para calamidad [de ellos]. 13 En cuanto a cualquiera que tapa su oído al clamor quejumbroso del de condición humilde, él mismo también clamará y no se le responderá. 14 Una dádiva hecha en secreto aplaca la cólera; y un soborno en el seno, la furia fuerte. 15 Es un regocijo para el justo hacer justicia, pero hay algo terrible para los que practican lo que es perjudicial. 16 En cuanto al hombre que, vagando, se aleja del camino de la perspicacia, descansará en la mismísima congregación de los que están impotentes en la muerte. 17 El que ama la diversión será un individuo indigente; el que ama el vino y el aceite no ganará riquezas. 18 El inicuo es un rescate para el justo; y el que obra traidoramente toma el lugar de los rectos. 19 Mejor es morar en tierra desértica que con una esposa contenciosa junto con irritación. 20 Hay tesoro deseable y aceite en la habitación del sabio, pero el hombre que es estúpido se lo tragará. 21 El que sigue tras la justicia y la bondad amorosa hallará vida, justicia y gloria. 22 El sabio ha escalado hasta la ciudad de hombres poderosos, para rebajar la fuerza de la confianza de ella. 23 El que guarda su boca y su lengua, guarda su alma de las angustias. 24 Presuntuoso y soberbio fanfarrón es el nombre del que actúa en un furor de presunción. 25 El mismísimo deseo vehemente del perezoso le dará muerte, pues sus manos han rehusado trabajar. 26 Todo el día ha mostrado que está deseando con gran vehemencia, pero el justo da y no retiene nada. 27 El sacrificio de los inicuos es cosa detestable. ¡Cuánto más cuando uno lo trae junto con conducta relajada! 28 El testigo mentiroso perecerá, pero el hombre que escucha hablará aun para siempre. 29 El hombre inicuo ha adoptado un rostro descarado, pero el recto es el que establece firmemente sus caminos. 30 No hay sabiduría, ni ningún discernimiento, ni ningún consejo en oposición a Jehová. 31 El caballo es algo preparado para el día de la batalla, pero la salvación pertenece a Jehová.
Núm. 1:(Proverbios 17:21-18:13)
17 Cualquiera que llega a ser padre de un hijo estúpido... le es un desconsuelo; y el padre de un hijo insensato no se regocija. 22 Un corazón que está gozoso hace bien como sanador, pero un espíritu que está herido seca los huesos. 23 El que es inicuo toma hasta un soborno del seno para desviar las sendas del juicio. 24 La sabiduría está delante del rostro del entendido, pero los ojos del estúpido están en la extremidad de la tierra. 25 Un hijo estúpido es una irritación a su padre y una amargura a la que lo dio a luz. 26 Además, el imponer una multa al justo no es bueno. Golpear a nobles está contra lo que es recto. 27 Cualquiera que retiene sus dichos posee conocimiento, y un hombre de discernimiento es sereno de espíritu. 28 Aun el tonto, cuando guarda silencio, será tenido por sabio; cualquiera que cierra sus propios labios, por entendido.
18 El que se aísla buscará [su propio] anhelo egoísta; contra toda sabiduría práctica estallará. 2 El que es estúpido no halla deleite en el discernimiento, fuera de que su corazón se descubra. 3 Cuando entra el inicuo, también tiene que entrar el desprecio; y junto con la deshonra hay oprobio. 4 Las palabras de la boca de un hombre son aguas profundas. El pozo de la sabiduría es un torrente que sale burbujeando. 5 Mostrar parcialidad al inicuo no es bueno, ni apartar al justo en el juicio. 6 Los labios de uno que es estúpido se meten en riñas, y su misma boca pide hasta golpes. 7 La boca del estúpido es su ruina, y sus labios son un lazo para su alma. 8 Las palabras del calumniador son como cosas que han de tragarse vorazmente, que de veras bajan a las partes más recónditas del vientre. 9 También, el que se muestra flojo en su trabajo... hermano es del que causa ruina. 10 El nombre de Jehová es una torre fuerte. A ella corre el justo, y se le da protección. 11 Las cosas valiosas del rico son su pueblo fuerte, y son como un muro protector en su imaginación. 12 Antes de un ruidoso estrellarse el corazón del hombre es altanero, y antes de la gloria hay humildad. 13 Cuando alguien responde a un asunto antes de oír[lo], eso es tontedad de su parte y una humillación.
18 El que se aísla buscará [su propio] anhelo egoísta; contra toda sabiduría práctica estallará. 2 El que es estúpido no halla deleite en el discernimiento, fuera de que su corazón se descubra. 3 Cuando entra el inicuo, también tiene que entrar el desprecio; y junto con la deshonra hay oprobio. 4 Las palabras de la boca de un hombre son aguas profundas. El pozo de la sabiduría es un torrente que sale burbujeando. 5 Mostrar parcialidad al inicuo no es bueno, ni apartar al justo en el juicio. 6 Los labios de uno que es estúpido se meten en riñas, y su misma boca pide hasta golpes. 7 La boca del estúpido es su ruina, y sus labios son un lazo para su alma. 8 Las palabras del calumniador son como cosas que han de tragarse vorazmente, que de veras bajan a las partes más recónditas del vientre. 9 También, el que se muestra flojo en su trabajo... hermano es del que causa ruina. 10 El nombre de Jehová es una torre fuerte. A ella corre el justo, y se le da protección. 11 Las cosas valiosas del rico son su pueblo fuerte, y son como un muro protector en su imaginación. 12 Antes de un ruidoso estrellarse el corazón del hombre es altanero, y antes de la gloria hay humildad. 13 Cuando alguien responde a un asunto antes de oír[lo], eso es tontedad de su parte y una humillación.
Núm. 2: ¿Hasta qué grado forman parte de “la señal” las guerras y la escasez de alimento? (rs pág. 420 párr. 2–pág. 421 párr. 3)
*** rs pág. 420 párr. 2 - pág. 421 párr. 3 Últimos días ***
“Se levantará nación contra nación y reino contra reino” (Mat. 24:7)
Por miles de años la guerra ha estropeado vidas en la Tierra. Se han peleado guerras internacionales y guerras dentro de las naciones mismas. Pero comenzando en 1914 se peleó la primera guerra mundial. No se trató sencillamente de un conflicto entre dos ejércitos en el campo de batalla. Por primera vez, todas las potencias principales estuvieron en guerra. Naciones enteras —incluso la población civil— se movilizaron para apoyar el esfuerzo bélico. Se calcula que para el fin de la guerra el 93 por 100 de la población del mundo había tenido algo que ver con esta. (Con relación a la importancia histórica del año 1914, sírvase ver las páginas 425, 426.)
Como se predijo en Revelación 6:4, ‘la paz fue quitada de la tierra’. Así, el mundo ha continuado en un estado de tumulto y agitación desde 1914. La II Guerra Mundial se peleó de 1939 a 1945. Según el almirante retirado Gene La Rocque, de 1945 a 1982 se habían peleado otras 270 guerras. Durante este siglo más de cien millones de personas han perecido en guerras. Además, según la edición de 1982 de la publicación World Military and Social Expenditures (Gastos militares y sociales del mundo), en ese año cien millones de personas estuvieron participando directa o indirectamente en actividades militares.
¿Se necesita más para cumplir este aspecto de la profecía? Hay decenas de miles de armas nucleares listas para uso inmediato. Científicos prominentes han dicho que si las naciones usaran tan solo una fracción de sus arsenales nucleares, la civilización —y posiblemente la entera especie humana— sería destruida. Pero ese no es el resultado final al que señala la profecía bíblica.
“Habrá escaseces de alimento [...] en un lugar tras otro” (Mat. 24:7)
En la historia humana ha habido numerosas hambres. ¿Hasta qué grado ha sido afligido por el hambre el siglo XX? La guerra de tipo mundial ocasionó hambre general en Europa y Asia. El continente africano ha sido azotado por la sequía, que ha resultado en extensa escasez de alimento. A fines de 1980 la Organización para la Alimentación y la Agricultura calculó que 450.000.000 de personas experimentaban hambre hasta rayar en la inanición, y que había mil millones de personas sin suficiente alimento. De estas, aproximadamente 40.000.000 mueren al año —algunos años hasta 50.000.000 mueren— a causa de la escasez de alimento.
¿Hay algo que marque como diferentes estos casos de escasez de alimento? Revelación 6:6 indicó que una pequeña cantidad de alimentos básicos como el trigo y la cebada se vendería por el equivalente del salario de un día (un denario; véase Mateo 20:2), y advirtió que no se usaran con demasiada rapidez las provisiones de aceite de oliva y vino. Todos estos artículos se consideraban necesidades en el Oriente Medio en aquellos tiempos; por eso, esto predijo grave escasez de alimentos. Esta situación ya no es local, sino mundial. En 1981 el periódico The New York Times informó: “Las mejoras en el nivel de vida y la creciente demanda de alimento alrededor del mundo han ejercido presión sobre los precios del alimento, lo cual ha hecho que sea más difícil que los países más pobres importen el alimento que necesitan”. En muchos países la producción de alimento, hasta con la ayuda de la ciencia moderna, no ha podido mantenerse al paso con el aumento de la población total. Los peritos modernos en asuntos de alimentos no ven solución real para el problema.
Por miles de años la guerra ha estropeado vidas en la Tierra. Se han peleado guerras internacionales y guerras dentro de las naciones mismas. Pero comenzando en 1914 se peleó la primera guerra mundial. No se trató sencillamente de un conflicto entre dos ejércitos en el campo de batalla. Por primera vez, todas las potencias principales estuvieron en guerra. Naciones enteras —incluso la población civil— se movilizaron para apoyar el esfuerzo bélico. Se calcula que para el fin de la guerra el 93 por 100 de la población del mundo había tenido algo que ver con esta. (Con relación a la importancia histórica del año 1914, sírvase ver las páginas 425, 426.)
Como se predijo en Revelación 6:4, ‘la paz fue quitada de la tierra’. Así, el mundo ha continuado en un estado de tumulto y agitación desde 1914. La II Guerra Mundial se peleó de 1939 a 1945. Según el almirante retirado Gene La Rocque, de 1945 a 1982 se habían peleado otras 270 guerras. Durante este siglo más de cien millones de personas han perecido en guerras. Además, según la edición de 1982 de la publicación World Military and Social Expenditures (Gastos militares y sociales del mundo), en ese año cien millones de personas estuvieron participando directa o indirectamente en actividades militares.
¿Se necesita más para cumplir este aspecto de la profecía? Hay decenas de miles de armas nucleares listas para uso inmediato. Científicos prominentes han dicho que si las naciones usaran tan solo una fracción de sus arsenales nucleares, la civilización —y posiblemente la entera especie humana— sería destruida. Pero ese no es el resultado final al que señala la profecía bíblica.
“Habrá escaseces de alimento [...] en un lugar tras otro” (Mat. 24:7)
En la historia humana ha habido numerosas hambres. ¿Hasta qué grado ha sido afligido por el hambre el siglo XX? La guerra de tipo mundial ocasionó hambre general en Europa y Asia. El continente africano ha sido azotado por la sequía, que ha resultado en extensa escasez de alimento. A fines de 1980 la Organización para la Alimentación y la Agricultura calculó que 450.000.000 de personas experimentaban hambre hasta rayar en la inanición, y que había mil millones de personas sin suficiente alimento. De estas, aproximadamente 40.000.000 mueren al año —algunos años hasta 50.000.000 mueren— a causa de la escasez de alimento.
¿Hay algo que marque como diferentes estos casos de escasez de alimento? Revelación 6:6 indicó que una pequeña cantidad de alimentos básicos como el trigo y la cebada se vendería por el equivalente del salario de un día (un denario; véase Mateo 20:2), y advirtió que no se usaran con demasiada rapidez las provisiones de aceite de oliva y vino. Todos estos artículos se consideraban necesidades en el Oriente Medio en aquellos tiempos; por eso, esto predijo grave escasez de alimentos. Esta situación ya no es local, sino mundial. En 1981 el periódico The New York Times informó: “Las mejoras en el nivel de vida y la creciente demanda de alimento alrededor del mundo han ejercido presión sobre los precios del alimento, lo cual ha hecho que sea más difícil que los países más pobres importen el alimento que necesitan”. En muchos países la producción de alimento, hasta con la ayuda de la ciencia moderna, no ha podido mantenerse al paso con el aumento de la población total. Los peritos modernos en asuntos de alimentos no ven solución real para el problema.
Núm. 3: ¿Qué revelan de sí mismos quienes alaban la creación en vez de al Creador? (Rom. 1:20)
(Romanos 1:20) Porque las [cualidades] invisibles de él se ven claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se perciben por las cosas hechas, hasta su poder sempiterno y Divinidad, de modo que ellos son inexcusables;
*** w89 1/5 págs. 18-22 Adore al Creador, no a la creación ***
Adore al Creador, no a la creación
“Es a Jehová tu Dios a quien tienes que adorar, y es solo a él a quien tienes que rendir servicio sagrado.” (LUCAS 4:8.)
LA EXPRESIÓN “adorar” se define así en un diccionario: “Reverenciar con sumo honor o respeto a un ser, considerándolo como cosa divina”. ¿Quién debería recibir tal adoración? Jesucristo dijo: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente”. (Mateo 22:37.) Además, cuando a Jesús le ofrecieron todos los reinos del mundo si ejecutaba un solo “acto de adoración” ante Satanás, Jesús rehusó, declarando: “Es a Jehová tu Dios a quien tienes que adorar, y es solo a él a quien tienes que rendir servicio sagrado”. (Lucas 4:7, 8.) Por las palabras y acciones de Jesús está claro que solo se ha de adorar a Jehová Dios. Esta adoración incluye “servicio sagrado”, porque “la fe sin obras está muerta”. (Santiago 2:26.)
2 Esa adoración a Jehová es propia, porque él es el Soberano Supremo de todo el universo, el Creador de los impresionantes cielos y de la Tierra con todas sus formas de vida. En esa posición, solamente él es digno de ser ‘reverenciado con sumo honor o respeto’ por parte de los humanos. La Biblia dice: “Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas”. (Revelación 4:11.) De seguro ningún simple humano ni objeto animado o inanimado pudiera merecer tal ‘reverencia, honor y respeto’. Solamente Jehová merece “devoción exclusiva”. (Éxodo 20:3-6.)
Urgencia especial
3 Porque vivimos en un período de juicio, ahora hay una urgencia especial de adorar a Dios como es debido. Se están determinando destinos eternos. La Palabra profética de Dios nos dice que en estos “últimos días” del sistema de cosas actual Cristo Jesús ha llegado en gloria celestial “y todos los ángeles con él”. ¿Con qué propósito? Jesús mismo predijo ese propósito, así: “Todas las naciones serán reunidas delante de él, y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras”. Las ovejas partirán “a la vida eterna”. Las cabras partirán “al cortamiento eterno”. (2 Timoteo 3:1-5; Mateo 25:31, 32, 46.)
4 El apóstol Pablo escribió acerca de “la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús. Estos mismos sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna”. (2 Tesalonicenses 1:7-9.) Así, la destrucción eterna es el destino de las personas tercas, semejantes a cabras, que no desean conocer los propósitos de Dios o que rehúsan actuar cuando se les presenta la oportunidad de hacerlo. Pero la “vida eterna” es el destino de las personas humildes y semejantes a ovejas que desean adquirir conocimiento acerca de Jehová, que prestan atención a sus instrucciones y que entonces se someten a su voluntad. La Biblia dice: “El mundo va pasando, y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”. (1 Juan 2:17; véase también 2 Pedro 2:12.)
5 Las personas semejantes a ovejas están dispuestas a sacrificar tiempo, energía y recursos materiales en busca de la verdad. Hacen lo que dice Proverbios 2:1-5: “Hijo mío, si recibes mis dichos y atesoras contigo mis propios mandamientos, de modo que con tu oído prestes atención a la sabiduría, para que inclines tu corazón al discernimiento; si, además, clamas por el entendimiento mismo y das tu voz por el discernimiento mismo, si sigues buscando esto como a la plata, y como a tesoros escondidos sigues en busca de ello, en tal caso entenderás el temor de Jehová, y hallarás el mismísimo conocimiento de Dios”.
6 La disposición de buscar a Jehová es lo que separa a las personas que son semejantes a ovejas de las que son semejantes a cabras. “Si tú lo buscas, él se dejará hallar de ti; pero si lo dejas, él te desechará para siempre.” (1 Crónicas 28:9.) Así, prescindiendo de la raza o nacionalidad de una persona, de la educación académica que tenga, o de si es rica o pobre, si sinceramente busca la verdad acerca de Dios, la hallará. Desde el lugar ventajoso donde están en los cielos, Cristo y sus ángeles se encargarán de que la persona que busca se ponga en contacto con la verdad, sin importar dónde viva. ¿Qué recompensa tendrá esa búsqueda? Jesús dijo: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo”. (Juan 17:3; véase también Ezequiel 9:4.)
Evite la adoración de criaturas
7 Por toda la Tierra, muchas personas consideran a ciertos humanos —vivos o muertos— ‘con reverencia, sumo honor o respeto’. Aunque quizás digan que esto es parte de la adoración que dan a Dios, en realidad los desvía de la adoración verdadera. Esto abre el camino para que crean en doctrinas y participen en prácticas que son contrarias a la voluntad de Dios. Un ejemplo sobresaliente es el modo como millones de personas consideran a María, la madre de Jesús, tanto en los países católicos romanos como en los países católicos ortodoxos orientales.
8 La gente se inclina ante imágenes e iconos de María en actitud de adoración, y en la doctrina eclesiástica oficial se hace referencia a ella como “la Virgen María Theotokos”. La palabra the·o·tó·kos significa “portadora de Dios” o “madre de Dios”. La New Catholic Encyclopedia dice: “María es la madre de Dios. [...] Si María no es verdaderamente la madre de Dios, entonces Cristo no es verdadero Dios así como verdadero hombre”. Así, como parte de su doctrina de la Trinidad estas religiones enseñan que Jesús era el Dios Todopoderoso en forma humana, lo que haría que María fuera la “madre de Dios”. La misma fuente añade que la devoción a María incluye: “1) veneración, o el reconocimiento reverente de la dignidad de la santa Virgen Madre de Dios; 2) invocación, o invocar a nuestra Señora para que interceda como madre y reina; [...] y oraciones particulares [a María]”.
9 Sin embargo, la palabra the·o·tó·kos no aparece en las Escrituras inspiradas. Y en ningún lugar dice la Biblia que María sea la “madre de Dios”. Jesús no enseñó eso, ni lo hicieron los cristianos del primer siglo. Además, la Biblia muestra claramente que Jesús no es el Dios Todopoderoso en forma humana, sino que es el Hijo de Dios. Sí, cuando un ángel notificó a María que ella daría a luz un hijo, le informó: “Espíritu santo vendrá sobre ti, y poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, también, lo que nace será llamado santo, Hijo de Dios”. (Lucas 1:35.) De modo que Jesús era el Hijo de Dios, no Dios mismo en forma humana. Por lo tanto, María era la madre de Jesús el Hijo de Dios, no la madre de Dios en forma humana. Por eso, ni Jesús ni sus discípulos llamaron alguna vez “madre de Dios” a María.
10 El modo como Jesús consideró a su madre indica la posición relativa de ella. Sobre un banquete de bodas en Caná, el relato bíblico nos dice: “Cuando faltó el vino, la madre de Jesús le dijo: ‘No tienen vino’. Pero Jesús le dijo: ‘¿Qué tengo que ver contigo, mujer?’”. La versión católica romana de Straubinger dice: “¿Qué (nos va en esto) a Mí y a ti, mujer?”. (Juan 2:3, 4.) En otra ocasión, alguien le dijo: “¡Feliz es la matriz que te llevó y los pechos que mamaste!”. Aquella era una excelente oportunidad para que Jesús diera honor especial a su madre y mostrara que otros deberían hacer lo mismo. En vez de eso, Jesús dijo: “No; más bien: ¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!”. (Lucas 11:27, 28.)
11 Esas referencias muestran que Jesús se cuidó de dar devoción u honor indebido a María o de dirigirse a ella por algún título especial. Él no permitió que la relación que existía entre ellos ejerciera influencia en él. Y los apóstoles y discípulos siguieron su ejemplo, porque en ningún lugar de sus escritos inspirados se da a María honor, título o influencia indebidos. Aunque ellos la respetaban como la madre de Jesús, no fueron más allá de eso. Ciertamente nunca se refirieron a ella como la “madre de Dios”. Sabían que Jesús no era el Dios Todopoderoso en forma humana y, por lo tanto, que María de ninguna manera podía ser la madre de Dios, una posición que va mucho más allá de lo que la Palabra de Dios permite para María.
El culto de la madre-diosa
12 Entonces, ¿de dónde surgió esta idea? Gradualmente se introdujo en la cristiandad apóstata en los siglos III y IV de nuestra era común. Esto fue especialmente así después del año 325 E.C., cuando el Concilio de Nicea adoptó la doctrina antibíblica de que Cristo era Dios. Una vez que se aceptó aquella idea errónea, se hizo más fácil enseñar que María era la “madre de Dios”. En cuanto a esto, The New Encyclopædia Britannica declara: “El título [‘madre de Dios’] parece haber surgido en el uso devocional, probablemente en Alejandría, en algún tiempo durante el siglo III o el IV [...] Para fines del siglo IV, la Theotokos se había establecido firmemente en varias secciones de la iglesia”. La New Catholic Encyclopedia indica que la doctrina se aceptó oficialmente “desde el Concilio de Éfeso de 431”.
13 Es de interés notar dónde se reunió aquel concilio y por qué. El libro The Cult of the Mother-Goddess (El culto de la madre-diosa), por E. O. James, dice: “El Concilio de Éfeso se reunió en la basílica de la Theotokos en 431. Si en algún lugar, sería allí donde difícilmente pudiera haberse rechazado el título ‘portadora de Dios’, en la ciudad tan famosa por su devoción a Ártemis (o Diana como la llamaban los romanos), donde se decía que su imagen había caído del cielo, a la sombra del gran templo dedicado a la Magna Máter [Gran Madre] desde 330 a. de J.C. y donde, según la tradición, hubo una residencia temporal de María”.
14 Así que, tal como sucedió con la Trinidad, la doctrina de la “madre de Dios” es una enseñanza pagana a la que se hace pasar por creencia cristiana. Fue prominente en las religiones paganas siglos antes de Cristo. The New Encyclopædia Britannica declara bajo el encabezamiento “madre diosa”: “Cualquiera de una variedad de deidades femeninas y símbolos maternales de creatividad, nacimiento, fertilidad, unión sexual, crianza y el ciclo del crecimiento. El término también se ha aplicado a figuras tan diversas como las Venus de la Edad de Piedra y la Virgen María. [...] No hay cultura que no haya empleado algún simbolismo materno en la descripción de sus deidades. [...] Ella es la protectora y alimentadora de un hijo divino y, por extensión, de toda la humanidad”. Por eso el sacerdote católico Andrew Greely dice en su libro The Making of the Popes 1978 (La formación de los papas, 1978): “El símbolo de María enlaza al cristianismo directamente con las religiones antiguas [paganas] que tenían madres diosas”.
Adoración impropia
15 Afirmar que María es la “madre de Dios” eleva a María a una posición que pondría en los humanos la tendencia a adorarla, y eso es lo que ha sucedido por siglos. En muchos países, centenares de millones de personas han orado a ella o mediante ella y han dado la devoción del adorador a imágenes e iconos de ella. Aunque los teólogos traten de excusar esto diciendo que tal veneración a María es solo una manera indirecta de adorar a Dios, no es así como Dios ve el asunto. “Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, un hombre, Cristo Jesús.” (1 Timoteo 2:5; 1 Juan 2:1, 2.) Jesús mismo dijo: “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí”. (Juan 14:6.)
16 El dar directa o indirectamente devoción a María, orándole, inclinándose a imágenes e iconos de ella, es adorar a la creación más bien que al Creador. Es idolátrico, y a los cristianos se les da la instrucción de ‘huir de la idolatría’. (1 Corintios 10:14.) Cuando Cornelio, un gentil, se inclinó reverentemente ante el apóstol Pedro, note lo que sucedió: “Al momento en que entraba Pedro, Cornelio salió a su encuentro, cayó a sus pies y le rindió homenaje. Pero Pedro lo alzó, y dijo: ‘Levántate; yo mismo también soy hombre’”. (Hechos 10:25, 26.) El inclinarse en actitud de adoración ante un humano era impropio, y Pedro se negaba a aceptarlo. Además, el apóstol Juan, después de recibir una visión de un ángel, informa: “Caí para adorar delante de los pies del ángel que me había estado mostrando estas cosas. Pero él me dice: ‘¡Ten cuidado! ¡No hagas eso! Yo simplemente soy coesclavo tuyo y de tus hermanos que son profetas, y de los que están observando las palabras de este rollo. Adora a Dios’”. (Revelación 22:8, 9.) Si ni siquiera se debe adorar a un ángel de Dios, ¡cuánto menos debe adorarse a humanos o imágenes de ellos!
17 The Catholic Encyclopedia reconoce que esa devoción a María puede tener como resultado adoración impropia. Una de las primeras ediciones de esta obra declaró: “Es imposible negar que la devoción popular a la Santísima Virgen fue acompañada frecuentemente de extravagancia y abusos”.
18 ¿De qué fuente vendría una doctrina tan apartada de lo bíblico? La fuente oculta tiene que haber sido el Adversario de Dios, Satanás el Diablo. (Juan 8:44.) ¿Por qué promovería él tal enseñanza? Para restar importancia y rebajar al Señor Soberano Jehová, para ensalzar a humanos y causar confusión. Esta enseñanza desvía a la gente de la adoración verdadera y hace que espere salvación de criaturas. Por siglos también ha servido para aumentar el poder del clero sobre las personas comunes, a quienes se enseñó que debían ser completamente sumisas a sus líderes religiosos porque solamente el clero tenía conocimiento de una teología tan complicada.
19 Sin embargo, Jesús predijo: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. (Mateo 24:14.) Jehová promete que mediante la predicación del Reino él reunirá a todas las personas semejantes a ovejas para ‘instruirlas acerca de Sus caminos para que puedan andar en Sus sendas’. (Isaías 2:2-4.) Porque se reúne a estas personas para dar adoración pura a Jehová, Jesús dijo de ellas: “Conocerán la verdad, y la verdad los libertará”. (Juan 8:32.) Por eso, los que buscan la verdad la hallarán y serán libertados de las enseñanzas religiosas falsas que impiden que la gente haga la voluntad del Creador.
20 Hay otras enseñanzas y prácticas religiosas que se aceptan comúnmente y que han desviado a la gente de la adoración verdadera que se debe al Creador, de modo que la gente da devoción a lo creado. ¿Cuáles son algunas de esas enseñanzas y prácticas, y qué ha sucedido como resultado de ellas? ¿Qué implica la adoración verdadera? El artículo siguiente examinará esas cuestiones.
[Notas a pie de página]
*** w89 1/5 págs. 18-22 Adore al Creador, no a la creación ***
Adore al Creador, no a la creación
“Es a Jehová tu Dios a quien tienes que adorar, y es solo a él a quien tienes que rendir servicio sagrado.” (LUCAS 4:8.)
LA EXPRESIÓN “adorar” se define así en un diccionario: “Reverenciar con sumo honor o respeto a un ser, considerándolo como cosa divina”. ¿Quién debería recibir tal adoración? Jesucristo dijo: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente”. (Mateo 22:37.) Además, cuando a Jesús le ofrecieron todos los reinos del mundo si ejecutaba un solo “acto de adoración” ante Satanás, Jesús rehusó, declarando: “Es a Jehová tu Dios a quien tienes que adorar, y es solo a él a quien tienes que rendir servicio sagrado”. (Lucas 4:7, 8.) Por las palabras y acciones de Jesús está claro que solo se ha de adorar a Jehová Dios. Esta adoración incluye “servicio sagrado”, porque “la fe sin obras está muerta”. (Santiago 2:26.)
2 Esa adoración a Jehová es propia, porque él es el Soberano Supremo de todo el universo, el Creador de los impresionantes cielos y de la Tierra con todas sus formas de vida. En esa posición, solamente él es digno de ser ‘reverenciado con sumo honor o respeto’ por parte de los humanos. La Biblia dice: “Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas”. (Revelación 4:11.) De seguro ningún simple humano ni objeto animado o inanimado pudiera merecer tal ‘reverencia, honor y respeto’. Solamente Jehová merece “devoción exclusiva”. (Éxodo 20:3-6.)
Urgencia especial
3 Porque vivimos en un período de juicio, ahora hay una urgencia especial de adorar a Dios como es debido. Se están determinando destinos eternos. La Palabra profética de Dios nos dice que en estos “últimos días” del sistema de cosas actual Cristo Jesús ha llegado en gloria celestial “y todos los ángeles con él”. ¿Con qué propósito? Jesús mismo predijo ese propósito, así: “Todas las naciones serán reunidas delante de él, y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras”. Las ovejas partirán “a la vida eterna”. Las cabras partirán “al cortamiento eterno”. (2 Timoteo 3:1-5; Mateo 25:31, 32, 46.)
4 El apóstol Pablo escribió acerca de “la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús. Estos mismos sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna”. (2 Tesalonicenses 1:7-9.) Así, la destrucción eterna es el destino de las personas tercas, semejantes a cabras, que no desean conocer los propósitos de Dios o que rehúsan actuar cuando se les presenta la oportunidad de hacerlo. Pero la “vida eterna” es el destino de las personas humildes y semejantes a ovejas que desean adquirir conocimiento acerca de Jehová, que prestan atención a sus instrucciones y que entonces se someten a su voluntad. La Biblia dice: “El mundo va pasando, y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”. (1 Juan 2:17; véase también 2 Pedro 2:12.)
5 Las personas semejantes a ovejas están dispuestas a sacrificar tiempo, energía y recursos materiales en busca de la verdad. Hacen lo que dice Proverbios 2:1-5: “Hijo mío, si recibes mis dichos y atesoras contigo mis propios mandamientos, de modo que con tu oído prestes atención a la sabiduría, para que inclines tu corazón al discernimiento; si, además, clamas por el entendimiento mismo y das tu voz por el discernimiento mismo, si sigues buscando esto como a la plata, y como a tesoros escondidos sigues en busca de ello, en tal caso entenderás el temor de Jehová, y hallarás el mismísimo conocimiento de Dios”.
6 La disposición de buscar a Jehová es lo que separa a las personas que son semejantes a ovejas de las que son semejantes a cabras. “Si tú lo buscas, él se dejará hallar de ti; pero si lo dejas, él te desechará para siempre.” (1 Crónicas 28:9.) Así, prescindiendo de la raza o nacionalidad de una persona, de la educación académica que tenga, o de si es rica o pobre, si sinceramente busca la verdad acerca de Dios, la hallará. Desde el lugar ventajoso donde están en los cielos, Cristo y sus ángeles se encargarán de que la persona que busca se ponga en contacto con la verdad, sin importar dónde viva. ¿Qué recompensa tendrá esa búsqueda? Jesús dijo: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo”. (Juan 17:3; véase también Ezequiel 9:4.)
Evite la adoración de criaturas
7 Por toda la Tierra, muchas personas consideran a ciertos humanos —vivos o muertos— ‘con reverencia, sumo honor o respeto’. Aunque quizás digan que esto es parte de la adoración que dan a Dios, en realidad los desvía de la adoración verdadera. Esto abre el camino para que crean en doctrinas y participen en prácticas que son contrarias a la voluntad de Dios. Un ejemplo sobresaliente es el modo como millones de personas consideran a María, la madre de Jesús, tanto en los países católicos romanos como en los países católicos ortodoxos orientales.
8 La gente se inclina ante imágenes e iconos de María en actitud de adoración, y en la doctrina eclesiástica oficial se hace referencia a ella como “la Virgen María Theotokos”. La palabra the·o·tó·kos significa “portadora de Dios” o “madre de Dios”. La New Catholic Encyclopedia dice: “María es la madre de Dios. [...] Si María no es verdaderamente la madre de Dios, entonces Cristo no es verdadero Dios así como verdadero hombre”. Así, como parte de su doctrina de la Trinidad estas religiones enseñan que Jesús era el Dios Todopoderoso en forma humana, lo que haría que María fuera la “madre de Dios”. La misma fuente añade que la devoción a María incluye: “1) veneración, o el reconocimiento reverente de la dignidad de la santa Virgen Madre de Dios; 2) invocación, o invocar a nuestra Señora para que interceda como madre y reina; [...] y oraciones particulares [a María]”.
9 Sin embargo, la palabra the·o·tó·kos no aparece en las Escrituras inspiradas. Y en ningún lugar dice la Biblia que María sea la “madre de Dios”. Jesús no enseñó eso, ni lo hicieron los cristianos del primer siglo. Además, la Biblia muestra claramente que Jesús no es el Dios Todopoderoso en forma humana, sino que es el Hijo de Dios. Sí, cuando un ángel notificó a María que ella daría a luz un hijo, le informó: “Espíritu santo vendrá sobre ti, y poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, también, lo que nace será llamado santo, Hijo de Dios”. (Lucas 1:35.) De modo que Jesús era el Hijo de Dios, no Dios mismo en forma humana. Por lo tanto, María era la madre de Jesús el Hijo de Dios, no la madre de Dios en forma humana. Por eso, ni Jesús ni sus discípulos llamaron alguna vez “madre de Dios” a María.
10 El modo como Jesús consideró a su madre indica la posición relativa de ella. Sobre un banquete de bodas en Caná, el relato bíblico nos dice: “Cuando faltó el vino, la madre de Jesús le dijo: ‘No tienen vino’. Pero Jesús le dijo: ‘¿Qué tengo que ver contigo, mujer?’”. La versión católica romana de Straubinger dice: “¿Qué (nos va en esto) a Mí y a ti, mujer?”. (Juan 2:3, 4.) En otra ocasión, alguien le dijo: “¡Feliz es la matriz que te llevó y los pechos que mamaste!”. Aquella era una excelente oportunidad para que Jesús diera honor especial a su madre y mostrara que otros deberían hacer lo mismo. En vez de eso, Jesús dijo: “No; más bien: ¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!”. (Lucas 11:27, 28.)
11 Esas referencias muestran que Jesús se cuidó de dar devoción u honor indebido a María o de dirigirse a ella por algún título especial. Él no permitió que la relación que existía entre ellos ejerciera influencia en él. Y los apóstoles y discípulos siguieron su ejemplo, porque en ningún lugar de sus escritos inspirados se da a María honor, título o influencia indebidos. Aunque ellos la respetaban como la madre de Jesús, no fueron más allá de eso. Ciertamente nunca se refirieron a ella como la “madre de Dios”. Sabían que Jesús no era el Dios Todopoderoso en forma humana y, por lo tanto, que María de ninguna manera podía ser la madre de Dios, una posición que va mucho más allá de lo que la Palabra de Dios permite para María.
El culto de la madre-diosa
12 Entonces, ¿de dónde surgió esta idea? Gradualmente se introdujo en la cristiandad apóstata en los siglos III y IV de nuestra era común. Esto fue especialmente así después del año 325 E.C., cuando el Concilio de Nicea adoptó la doctrina antibíblica de que Cristo era Dios. Una vez que se aceptó aquella idea errónea, se hizo más fácil enseñar que María era la “madre de Dios”. En cuanto a esto, The New Encyclopædia Britannica declara: “El título [‘madre de Dios’] parece haber surgido en el uso devocional, probablemente en Alejandría, en algún tiempo durante el siglo III o el IV [...] Para fines del siglo IV, la Theotokos se había establecido firmemente en varias secciones de la iglesia”. La New Catholic Encyclopedia indica que la doctrina se aceptó oficialmente “desde el Concilio de Éfeso de 431”.
13 Es de interés notar dónde se reunió aquel concilio y por qué. El libro The Cult of the Mother-Goddess (El culto de la madre-diosa), por E. O. James, dice: “El Concilio de Éfeso se reunió en la basílica de la Theotokos en 431. Si en algún lugar, sería allí donde difícilmente pudiera haberse rechazado el título ‘portadora de Dios’, en la ciudad tan famosa por su devoción a Ártemis (o Diana como la llamaban los romanos), donde se decía que su imagen había caído del cielo, a la sombra del gran templo dedicado a la Magna Máter [Gran Madre] desde 330 a. de J.C. y donde, según la tradición, hubo una residencia temporal de María”.
14 Así que, tal como sucedió con la Trinidad, la doctrina de la “madre de Dios” es una enseñanza pagana a la que se hace pasar por creencia cristiana. Fue prominente en las religiones paganas siglos antes de Cristo. The New Encyclopædia Britannica declara bajo el encabezamiento “madre diosa”: “Cualquiera de una variedad de deidades femeninas y símbolos maternales de creatividad, nacimiento, fertilidad, unión sexual, crianza y el ciclo del crecimiento. El término también se ha aplicado a figuras tan diversas como las Venus de la Edad de Piedra y la Virgen María. [...] No hay cultura que no haya empleado algún simbolismo materno en la descripción de sus deidades. [...] Ella es la protectora y alimentadora de un hijo divino y, por extensión, de toda la humanidad”. Por eso el sacerdote católico Andrew Greely dice en su libro The Making of the Popes 1978 (La formación de los papas, 1978): “El símbolo de María enlaza al cristianismo directamente con las religiones antiguas [paganas] que tenían madres diosas”.
Adoración impropia
15 Afirmar que María es la “madre de Dios” eleva a María a una posición que pondría en los humanos la tendencia a adorarla, y eso es lo que ha sucedido por siglos. En muchos países, centenares de millones de personas han orado a ella o mediante ella y han dado la devoción del adorador a imágenes e iconos de ella. Aunque los teólogos traten de excusar esto diciendo que tal veneración a María es solo una manera indirecta de adorar a Dios, no es así como Dios ve el asunto. “Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, un hombre, Cristo Jesús.” (1 Timoteo 2:5; 1 Juan 2:1, 2.) Jesús mismo dijo: “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí”. (Juan 14:6.)
16 El dar directa o indirectamente devoción a María, orándole, inclinándose a imágenes e iconos de ella, es adorar a la creación más bien que al Creador. Es idolátrico, y a los cristianos se les da la instrucción de ‘huir de la idolatría’. (1 Corintios 10:14.) Cuando Cornelio, un gentil, se inclinó reverentemente ante el apóstol Pedro, note lo que sucedió: “Al momento en que entraba Pedro, Cornelio salió a su encuentro, cayó a sus pies y le rindió homenaje. Pero Pedro lo alzó, y dijo: ‘Levántate; yo mismo también soy hombre’”. (Hechos 10:25, 26.) El inclinarse en actitud de adoración ante un humano era impropio, y Pedro se negaba a aceptarlo. Además, el apóstol Juan, después de recibir una visión de un ángel, informa: “Caí para adorar delante de los pies del ángel que me había estado mostrando estas cosas. Pero él me dice: ‘¡Ten cuidado! ¡No hagas eso! Yo simplemente soy coesclavo tuyo y de tus hermanos que son profetas, y de los que están observando las palabras de este rollo. Adora a Dios’”. (Revelación 22:8, 9.) Si ni siquiera se debe adorar a un ángel de Dios, ¡cuánto menos debe adorarse a humanos o imágenes de ellos!
17 The Catholic Encyclopedia reconoce que esa devoción a María puede tener como resultado adoración impropia. Una de las primeras ediciones de esta obra declaró: “Es imposible negar que la devoción popular a la Santísima Virgen fue acompañada frecuentemente de extravagancia y abusos”.
18 ¿De qué fuente vendría una doctrina tan apartada de lo bíblico? La fuente oculta tiene que haber sido el Adversario de Dios, Satanás el Diablo. (Juan 8:44.) ¿Por qué promovería él tal enseñanza? Para restar importancia y rebajar al Señor Soberano Jehová, para ensalzar a humanos y causar confusión. Esta enseñanza desvía a la gente de la adoración verdadera y hace que espere salvación de criaturas. Por siglos también ha servido para aumentar el poder del clero sobre las personas comunes, a quienes se enseñó que debían ser completamente sumisas a sus líderes religiosos porque solamente el clero tenía conocimiento de una teología tan complicada.
19 Sin embargo, Jesús predijo: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. (Mateo 24:14.) Jehová promete que mediante la predicación del Reino él reunirá a todas las personas semejantes a ovejas para ‘instruirlas acerca de Sus caminos para que puedan andar en Sus sendas’. (Isaías 2:2-4.) Porque se reúne a estas personas para dar adoración pura a Jehová, Jesús dijo de ellas: “Conocerán la verdad, y la verdad los libertará”. (Juan 8:32.) Por eso, los que buscan la verdad la hallarán y serán libertados de las enseñanzas religiosas falsas que impiden que la gente haga la voluntad del Creador.
20 Hay otras enseñanzas y prácticas religiosas que se aceptan comúnmente y que han desviado a la gente de la adoración verdadera que se debe al Creador, de modo que la gente da devoción a lo creado. ¿Cuáles son algunas de esas enseñanzas y prácticas, y qué ha sucedido como resultado de ellas? ¿Qué implica la adoración verdadera? El artículo siguiente examinará esas cuestiones.
[Notas a pie de página]
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