Mantengan su juicio, sean vigilantes (1 Ped. 5:8).
El damán es un animal pequeño que puede enseñarnos grandes lecciones (Pro. 30:26). Para empezar, este animalito no se expone a los ataques de los depredadores. Más bien, aprovecha su aguda visión para divisarlos a la distancia y siempre está cerca de un hoyo o una grieta para poder esconderse. Del mismo modo, nosotros tenemos que desarrollar una visión espiritual aguda a fin de percibir los peligros que acechan en el mundo de Satanás. Algo que nos ayudará a mantenernos en guardia es aprovechar la protección que Jehová nos ofrece. Por eso, no podemos descuidar el estudio de la Palabra de Dios ni la asistencia a las reuniones (Luc. 4:4; Heb. 10:24, 25). Además, tal como los damanes sobreviven gracias a las comunidades tan unidas que forman, nosotros tenemos que mantenernos cerca de nuestros hermanos, de modo que podamos tener “un intercambio de estímulo” con ellos (Rom. 1:12). w09 15/4 3:11-13
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