Lectura de la Biblia: Salmos 1 a 10
Núm. 1: Salmo 7:1-17
Núm. 2: Si alguien dice... “He aceptado a Jesús como mi Salvador personal” (rs pág. 217 párr. 3)
Núm. 3: ¿Por qué corrigió Jesús a un hombre que lo llamó “Buen Maestro”? (Mar. 10:17, 18)
(Salmos 1:1-10:18)
1 Feliz es el hombre que no ha andado en el consejo de los inicuos, y en el camino de los pecadores no se ha parado, y en el asiento de los burladores no se ha sentado. 2 Antes bien, su deleite está en la ley de Jehová, y día y noche lee en su ley en voz baja. 3 Y ciertamente llegará a ser como un árbol plantado al lado de corrientes de agua, que da su propio fruto en su estación y cuyo follaje no se marchita, y todo lo que haga tendrá éxito. 4 Los inicuos no son así, sino que son como el tamo impelido por el viento. 5 Por eso los inicuos no se pondrán de pie en el juicio, ni los pecadores en la asamblea de los justos. 6 Porque Jehová va conociendo el camino de los justos, pero el mismísimo camino de los inicuos perecerá.
2 ¿Por qué han estado en tumulto las naciones, y los grupos nacionales mismos han seguido hablando entre dientes una cosa vacía? 2 Los reyes de la tierra toman su posición, y los altos funcionarios mismos se han reunido en masa como uno solo contra Jehová y contra su ungido, 3 [y dicen:] “¡Rompamos sus ataduras y echemos de nosotros sus cuerdas!”. 4 El Mismísimo que se sienta en los cielos se reirá; Jehová mismo hará escarnio de ellos. 5 En aquel tiempo les hablará en su cólera, y en su ardiente desagrado los perturbará, 6 [diciendo:] “Yo, sí, yo, he instalado a mi rey sobre Sión, mi santa montaña”. 7 Déjeseme hacer referencia al decreto de Jehová; Él me ha dicho: “Tú eres mi hijo; yo, hoy, yo he llegado a ser tu padre. 8 Pídeme, para que dé naciones por herencia tuya, y los cabos de la tierra por posesión tuya propia. 9 Las quebrarás con cetro de hierro, como si fueran vaso de alfarero las harás añicos”. 10 Y ahora, oh reyes, ejerzan perspicacia; déjense corregir, oh jueces de la tierra. 11 Sirvan a Jehová con temor y estén gozosos con temblor. 12 Besen al hijo, para que Él no se enoje y ustedes no perezcan [del] camino, porque su cólera se enciende fácilmente. Felices son todos los que se refugian en él.
Melodía de David, cuando huía a causa de Absalón su hijo.
3 Oh Jehová, ¿por qué se han hecho muchos mis adversarios? ¿Por qué están levantándose muchos contra mí? 2 Muchos están diciendo de mi alma: “No hay para él salvación por Dios”. Sélah. 3 Y sin embargo, tú, oh Jehová, eres un escudo alrededor de mí, mi gloria y Aquel que levanta mi cabeza. 4 Con mi voz clamaré a Jehová mismo, y él me responderá desde su santa montaña. Sélah. 5 En cuanto a mí, yo ciertamente me acostaré para dormir; de seguro despertaré, porque Jehová mismo sigue sosteniéndome. 6 No tendré miedo de diez millares de personas que se hayan puesto en formación contra mí en derredor. 7 ¡Levántate, sí, oh Jehová! ¡Sálvame, oh Dios mío! Porque tendrás que golpear a todos mis enemigos en la mandíbula. Los dientes de los inicuos tendrás que quebrar. 8 La salvación pertenece a Jehová. Tu bendición está sobre tu pueblo. Sélah.
Al director sobre instrumentos de cuerda. Melodía de David.
4 Cuando llamo, respóndeme, oh mi justo Dios. En la angustia tienes que hacerme espacio ancho. Muéstrame favor y oye mi oración. 2 Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo tiene que ser mi gloria objeto de insulto, [mientras] ustedes siguen amando cosas vacías, [mientras] siguen buscando para hallar una mentira? Sélah. 3 Por tanto, sepan que Jehová ciertamente distinguirá al que le es leal; Jehová mismo oirá cuando yo clame a él. 4 Agítense, pero no pequen. Digan lo que quieran en su corazón, sobre su cama, y callen. Sélah. 5 Sacrifiquen los sacrificios de la justicia, y confíen en Jehová. 6 Hay muchos que dicen: “¿Quién nos mostrará lo bueno?”. Alza la luz de tu rostro sobre nosotros, oh Jehová. 7 Ciertamente me darás en el corazón un regocijo mayor que en el tiempo en que han abundado el grano y el vino nuevo de ellos. 8 En paz ciertamente me acostaré y también dormiré, porque tú, sí, tú solo, oh Jehová, me haces morar en seguridad.
Al director para Nehilot. Melodía de David.
5 A mis dichos de veras presta oído, oh Jehová; entiende, sí, mi suspirar. 2 Presta atención, sí, al sonido de mi clamor por ayuda, oh Rey mío y Dios mío, porque a ti te oro. 3 Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; de mañana te dirigiré mi palabra y estaré alerta. 4 Porque tú no eres un Dios que se deleite en la iniquidad; nadie malo puede residir contigo por tiempo alguno. 5 No pueden los jactanciosos tomar su puesto enfrente de tus ojos. Odias, sí, a todos los que practican lo que es perjudicial; 6 destruirás a los que hablan una mentira. Al hombre de derramamiento de sangre y de engaño Jehová lo detesta. 7 En cuanto a mí, en la abundancia de tu bondad amorosa entraré en tu casa, me inclinaré hacia tu santo templo en temor de ti. 8 Oh Jehová, guíame en tu justicia a causa de mis opositores; allana tu camino delante de mí. 9 Porque en la boca de ellos no hay nada fidedigno; su interior es adversidad por cierto. Su garganta es una sepultura abierta; usan una lengua melosa. 10 Dios ciertamente los tendrá por culpables; caerán debido a sus propios consejos. En la multitud de sus transgresiones que haya un dispersarlos, porque se han rebelado contra ti. 11 Pero todos los que se refugian en ti se regocijarán; hasta tiempo indefinido clamarán gozosamente. Y tú obstruirás el acceso a ellos, y los que aman tu nombre se alborozarán en ti. 12 Porque tú mismo bendecirás al justo, oh Jehová; como con un escudo grande, con aprobación lo cercarás.
Al director sobre instrumentos de cuerda en la octava baja. Melodía de David.
6 Oh Jehová, no me censures en tu cólera, y no me corrijas en tu furia. 2 Muéstrame favor, oh Jehová, porque voy decayendo. Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se han perturbado. 3 Sí, mi propia alma ha estado muy perturbada; y tú, oh Jehová... ¿hasta cuándo? 4 Sí vuelve, oh Jehová, sí libra mi alma; sálvame por causa de tu bondad amorosa. 5 Porque en la muerte no hay mención de ti; en el Seol, ¿quién te elogiará? 6 Me he fatigado con mi suspirar; toda la noche hago nadar mi lecho; con mis lágrimas hago desbordar mi propio diván. 7 Por la irritación [de que soy objeto] mi ojo se ha debilitado, ha envejecido a causa de todos los que me muestran hostilidad. 8 Apártense de mí, todos ustedes los que practican lo que es perjudicial, porque Jehová ciertamente oirá el sonido de mi llanto. 9 Jehová verdaderamente oirá mi petición de favor; Jehová mismo aceptará mi propia oración. 10 Todos mis enemigos quedarán muy avergonzados y perturbados; se volverán atrás, se avergonzarán instantáneamente.
Endecha de David que él cantó a Jehová acerca de las palabras de Cus el benjaminita.
7 Oh Jehová Dios mío, en ti me he refugiado. Sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame, 2 para que nadie despedace mi alma como lo hace un león, arrebatándo[me] cuando no hay libertador. 3 Oh Jehová Dios mío, si yo he hecho esto, si existe injusticia alguna en mis manos, 4 si he pagado con lo que es malo al que me recompensaba, o [si] he despojado violentamente a cualquiera que, sin éxito, me haya mostrado hostilidad, 5 que un enemigo siga tras mi alma, y que alcance y huelle mi vida hasta la mismísima tierra, y haga residir mi propia gloria en el polvo mismo. Sélah. 6 Levántate, sí, oh Jehová, en tu cólera; álzate ante los estallidos de furor de los que me muestran hostilidad, y de veras despierta para mí, [puesto que] has dado orden para el juicio mismo. 7 Y que la mismísima asamblea de grupos nacionales te cerque, y contra ella de veras vuélvete en lo alto. 8 Jehová mismo pronunciará sentencia sobre los pueblos. Júzgame, oh Jehová, conforme a mi justicia, y conforme a mi integridad en mí. 9 Por favor, que se acabe la maldad de los inicuos, y que tú establezcas al justo; y Dios como justo está poniendo a prueba corazón y riñones. 10 El escudo para mí está sobre Dios, un Salvador de los rectos de corazón. 11 Dios es un Juez justo, y Dios está arrojando denunciaciones todos los días. 12 Si alguien no regresa, Él afilará su espada, ciertamente doblará su arco, y lo alistará [para disparar]. 13 Y para sí mismo tiene que preparar los instrumentos de muerte; hará que sus flechas sean llameantes. 14 ¡Mira! Hay quien está preñado de lo que es perjudicial, y ha concebido conturbación, y de seguro dará a luz falsedad. 15 Un hoyo ha excavado, y procedió a cavarlo; pero caerá en el agujero [que] él se puso a hacer. 16 Su conturbación volverá sobre su propia cabeza, y sobre la coronilla de su cabeza descenderá su propia violencia. 17 Elogiaré a Jehová conforme a su justicia, y ciertamente celebraré con melodía el nombre de Jehová el Altísimo.
Al director sobre el Guitit. Melodía de David.
8 Oh Jehová Señor nuestro, ¡cuán majestuoso es tu nombre en toda la tierra, tú, cuya dignidad se relata por encima de los cielos! 2 De la boca de los niños y de los lactantes has fundado fuerza, a causa de los que te muestran hostilidad, para hacer desistir al enemigo y al que toma su venganza. 3 Cuando veo tus cielos, las obras de tus dedos, la luna y las estrellas que tú has preparado, 4 ¿qué es el hombre mortal para que lo tengas presente, y el hijo del hombre terrestre para que cuides de él? 5 También procediste a hacerlo un poco menor que los que tienen parecido a Dios, y con gloria y esplendor entonces lo coronaste. 6 Lo haces dominar sobre las obras de tus manos; todo lo has puesto debajo de sus pies: 7 ganado menor y bueyes, todos ellos, y también las bestias del campo abierto, 8 los pájaros del cielo y los peces del mar, todo cuanto pasa por las sendas de los mares. 9 Oh Jehová Señor nuestro, ¡cuán majestuoso es tu nombre en toda la tierra!
Al director sobre Mut-laben. Melodía de David.
9 Ciertamente [te] elogiaré, oh Jehová, con todo mi corazón; de veras declararé todas tus maravillosas obras. 2 Me regocijaré, sí, y me alborozaré en ti; ciertamente celebraré con melodía tu nombre, oh Altísimo. 3 Cuando mis enemigos se vuelvan atrás, tropezarán y perecerán de delante de ti. 4 Porque has ejecutado mi juicio y mi causa; te has sentado en el trono juzgando con justicia. 5 Has reprendido a naciones, has destruido al inicuo. El nombre de ellos has borrado hasta tiempo indefinido, aun para siempre. 6 Oh enemigo, [tus] desolaciones han llegado a su fin perpetuo, y las ciudades que has desarraigado. La mismísima mención de ellas ciertamente perecerá. 7 En cuanto a Jehová, él se sentará hasta tiempo indefinido, y establecerá firmemente su trono para juicio mismo. 8 Y él mismo juzgará la tierra productiva en justicia; someterá a juicio a grupos nacionales en rectitud. 9 Y Jehová llegará a ser altura segura para el aplastado, altura segura en tiempos de angustia. 10 Y los que conocen tu nombre confiarán en ti, porque ciertamente no dejarás a los que te buscan, oh Jehová. 11 Celebren con melodía a Jehová, que mora en Sión; anuncien entre los pueblos sus hechos. 12 Porque, cuando él esté buscando el derramamiento de sangre, ciertamente se acordará de aquellos mismísimos; de seguro no se olvidará del clamor de los afligidos. 13 Muéstrame favor, oh Jehová; ve mi aflicción [causada] por los que me odian, oh tú que me estás alzando de las puertas de la muerte, 14 a fin de que declare todos tus hechos laudables en las puertas de la hija de Sión, para que yo esté gozoso en tu salvación. 15 Se han hundido las naciones en el hoyo que han hecho; en la red que escondieron, su propio pie ha quedado prendido. 16 Jehová es conocido por el juicio que ha ejecutado. Por la actividad de sus propias manos el inicuo ha sido cogido en un lazo. Higayón. Sélah. 17 La gente inicua se volverá al Seol, aun todas las naciones que se olvidan de Dios. 18 Porque no siempre será olvidado el pobre, ni perecerá jamás la esperanza de los mansos. 19 ¡Levántate, sí, oh Jehová! No resulte superior en fuerzas el hombre mortal. Sean juzgadas las naciones delante de tu rostro. 20 De veras infunde temor en ellas, oh Jehová, para que sepan las naciones que solo son hombres mortales. Sélah.
10 ¿Por qué, oh Jehová, te quedas parado a lo lejos? ¿[Por qué] te quedas escondido en tiempos de angustia? 2 En su altivez, el inicuo sigue acaloradamente tras el afligido; quedan prendidos por las ideas que han urdido. 3 Pues el inicuo se ha alabado a sí mismo por el anhelo egoísta de su alma, y el que saca ganancia indebida se ha bendecido a sí mismo; le ha faltado al respeto a Jehová. 4 El inicuo, conforme a su altanería, no hace investigación; todas sus ideas son: “No hay Dios”. 5 Sus caminos siguen prosperando en todo tiempo. Tus decisiones judiciales están demasiado altas para el alcance de él; en cuanto a todos los que le muestran hostilidad, él les lanza bufidos. 6 Ha dicho en su corazón: “No se me hará tambalear; por generación tras generación [seré] uno que no se halle en calamidad”. 7 Su boca está llena de juramentos y de engaños y de opresión. Debajo de su lengua hay lo gravoso y lo que es perjudicial. 8 Se sienta en una emboscada de poblados; desde lugares ocultos mata a algún inocente. Sus ojos están a la mira de algún desdichado. 9 Se queda acechando en el lugar oculto como un león en su guarida. Se queda acechando para llevarse por fuerza a algún afligido. Se lleva por fuerza al afligido cuando tira de su red. 10 Este es aplastado, se inclina, y el ejército de abatidos tiene que caer en sus fuertes [garras]. 11 Ha dicho en su corazón: “Dios ha olvidado. Ha ocultado su rostro. Ciertamente nunca [lo] verá”. 12 Levántate, sí, oh Jehová. Oh Dios, alza tu mano. No olvides a los afligidos. 13 ¿Por qué será que el inicuo le ha faltado al respeto a Dios? Ha dicho en su corazón: “No requerirás rendición de cuentas”. 14 Porque tú mismo has visto afán gravoso e irritación. Sigues mirando, para obtener[los] en tu mano. A ti el desdichado, el huérfano de padre, [se] encomienda. Tú mismo has llegado a ser [su] ayudador. 15 Quiebra el brazo del inicuo y malo. Quieras seguir en busca de su iniquidad [hasta] que no halles más. 16 Jehová es Rey hasta tiempo indefinido, aun para siempre. Las naciones han perecido de Su tierra. 17 El deseo de los mansos ciertamente oirás, oh Jehová. Prepararás el corazón de ellos. Prestarás atención con tu oído, 18 para juzgar al huérfano de padre y al aplastado, para que el hombre mortal, que es de la tierra, ya no haga temblar.
(Salmo 7:1-17)
Oh Jehová Dios mío, en ti me he refugiado. Sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame, 2 para que nadie despedace mi alma como lo hace un león, arrebatándo[me] cuando no hay libertador. 3 Oh Jehová Dios mío, si yo he hecho esto, si existe injusticia alguna en mis manos, 4 si he pagado con lo que es malo al que me recompensaba, o [si] he despojado violentamente a cualquiera que, sin éxito, me haya mostrado hostilidad, 5 que un enemigo siga tras mi alma, y que alcance y huelle mi vida hasta la mismísima tierra, y haga residir mi propia gloria en el polvo mismo. Sélah. 6 Levántate, sí, oh Jehová, en tu cólera; álzate ante los estallidos de furor de los que me muestran hostilidad, y de veras despierta para mí, [puesto que] has dado orden para el juicio mismo. 7 Y que la mismísima asamblea de grupos nacionales te cerque, y contra ella de veras vuélvete en lo alto. 8 Jehová mismo pronunciará sentencia sobre los pueblos. Júzgame, oh Jehová, conforme a mi justicia, y conforme a mi integridad en mí. 9 Por favor, que se acabe la maldad de los inicuos, y que tú establezcas al justo; y Dios como justo está poniendo a prueba corazón y riñones. 10 El escudo para mí está sobre Dios, un Salvador de los rectos de corazón. 11 Dios es un Juez justo, y Dios está arrojando denunciaciones todos los días. 12 Si alguien no regresa, Él afilará su espada, ciertamente doblará su arco, y lo alistará [para disparar]. 13 Y para sí mismo tiene que preparar los instrumentos de muerte; hará que sus flechas sean llameantes. 14 ¡Mira! Hay quien está preñado de lo que es perjudicial, y ha concebido conturbación, y de seguro dará a luz falsedad. 15 Un hoyo ha excavado, y procedió a cavarlo; pero caerá en el agujero [que] él se puso a hacer. 16 Su conturbación volverá sobre su propia cabeza, y sobre la coronilla de su cabeza descenderá su propia violencia. 17 Elogiaré a Jehová conforme a su justicia, y ciertamente celebraré con melodía el nombre de Jehová el Altísimo.
*** rs pág. 217 párr. 3 Jesucristo ***
‘He aceptado a Jesús como mi Salvador personal’Usted pudiera contestar: ‘Me alegra saber que usted cree en Jesús, porque hoy son muchísimas las personas que no toman en cuenta lo que Jesús hizo por nosotros. Usted sin duda conoce bien el texto bíblico de Juan 3:16, ¿verdad?... Pero ¿dónde vivirán para siempre dichas personas? Algunas estarán con Cristo en el cielo. Pero ¿muestra la Biblia que todas las personas buenas vayan allí? (Mat. 6:10; 5:5)’.
¿Por qué corrigió Jesús a un hombre que lo llamó “Buen Maestro”?
(Marcos 10:17-18)
(Marcos 10:17-18)
Y al salir él para seguir su camino, cierto hombre vino corriendo y cayó de rodillas delante de él y le hizo una pregunta: “Buen Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar vida eterna?”. 18 Jesús le dijo: “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino uno solo, Dios.
¿Por qué lo corrigió? ¿Acaso no era Jesús un “Buen Maestro”?
Es obvio que aquel hombre usó “Buen Maestro” como título adulador. Por ello, Jesús fue modesto y dirigió tal gloria al Padre celestial, que es bueno en sumo grado (Proverbios 11:2). Además, así confirmó una profunda verdad: Jehová es el único criterio moral, pues solo él posee el derecho soberano a determinar qué está bien y qué está mal. Adán y Eva trataron de usurpar esa prerrogativa al rebelarse y comer del árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo. Cristo, en cambio, es humilde y deja que el Padre fije las normas.
Por otro lado, Jesús sabía que Jehová es la fuente de todo verdadero bien. Es el Dador de “toda dádiva buena y todo don perfecto” (Santiago 1:17). Observemos cómo se evidencia la bondad de Dios en su generosidad.
CRUCIGRAMA LESCTURA SEMANAL
SALMOS 1-10
KAPAPRI
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