Testigos de Jehová: el credo de la sangre
Centro. La Iglesia de los Testigos de Jehová en Montevideo. |
La muerte de un fiel de la Iglesia del Reino de los Testigos de Jehová en Argentina, atribuida a su rechazo a recibir una transfusión de sangre, replanteó la polémica. LA REPUBLICA buscó saber cuáles son las diversas posturas ante esta negativa que parte de los textos bíblicos.
Para conocer los argumentos bíblicos que obligan a los Testigos de Jehová a negarse a recibir sangre, LA REPUBLICA consultó a Angel Mattiacci, de Información Pública de la Asociación de los Testigos de Jehová, con sede en Buenos Aires y jurisdicción en Uruguay.
-¿Cuál es la razón para no aceptar la transfusión de sangre?
-Los Testigos de Jehová amamos la vida y acudimos a los médicos para cuidar nuestra salud. No creemos en la curación por fe. En el primer siglo, el apóstol cristiano Pablo indicó que los dones sobrenaturales "serían eliminados" (1 Corintios 13:8). Por lo tanto los Testigos aceptan todo tratamiento médico disponible para sostener la vida, incluso los que involucran transfusiones de hierro endovenoso y eritropoyetina, etcétera, entre otros recursos médicos.
-¿Cuál es la razón para no aceptar la transfusión de sangre?
-Los Testigos de Jehová amamos la vida y acudimos a los médicos para cuidar nuestra salud. No creemos en la curación por fe. En el primer siglo, el apóstol cristiano Pablo indicó que los dones sobrenaturales "serían eliminados" (1 Corintios 13:8). Por lo tanto los Testigos aceptan todo tratamiento médico disponible para sostener la vida, incluso los que involucran transfusiones de hierro endovenoso y eritropoyetina, etcétera, entre otros recursos médicos.
-¿Cuáles son los fundamentos, entonces, para sostener la postura de no ser transfundidos?
-La postura de los Testigos sobre abstenerse de sangre es básicamente bíblica, pero, como veremos, de ningún modo esto nos pone en desventaja al momento de atender nuestra salud. Acatamos la decisión clara del concilio cristiano que se celebró en Jerusalén en el primer siglo, a saber, de "abstenerse [...] de sangre, de animales estrangulados y de uniones ilegales. Haréis bien en guardaros de todo eso". (Hechos 15:29)
Esta postura llama mucho la atención de la prensa y de la gente en general, por eso muchas veces los titulares que proclaman "muere por no transfundirse sangre" no se ajustan a la verdad, aunque luego en letra pequeña se aclara que la muerte se debió a otra causa no vinculada estrictamente a la ausencia de las transfusiones. Hoy más que nunca, el dogma de algunos médicos "transfúndase sangre o se muere " es muy discutible. Una realidad que se hace cada vez más evidente en el mundo de la medicina tiende a cambiar la propuesta anterior por "transfusiones de sangre o alternativas no sanguíneas".
Los métodos alternativos no sanguíneos les han dado, y les siguen dando, muy buenos resultados a miles de pacientes Testigos de Jehová, al grado de que muchos médicos en el mundo se suman día tras día en la postura de evitar las transfusiones de sangre. Esta actitud también la aceptan personas que no practican las creencias de los Testigos. Esto se debe a que las alternativas médicas no sanguíneas no conllevan los riesgos de contraer enfermedades como el sida y otros peligros letales.
Respecto a los riesgos de la sangre contaminada, más de la mitad de todos los países del mundo no someten la sangre donada a análisis completos, lo que incrementa el riesgo de propagación del sida y de otros males. Basándose en datos aportados por la Organización Mundial de la Salud, la que dice que "entre el cinco y el diez por ciento de los portadores del virus del sida se infectaron mediante transfusiones". Pero el Sida es solo una de las enfermedades que se propagan por ese medio . Todos los años, de ocho a dieciséis millones de personas contraen hepatitis B, y de dos a cuatro millones, hepatitis C debido a las transfusiones y las inyecciones contaminadas.
El precio elevado de un análisis adecuado se presenta como una de las razones para no hacerlo, puesto que determinar la presencia de dichos contaminantes cuesta entre 40 y 50 dólares por unidad. De todos modos, tales pruebas "no siempre son confiables, en particular si las realiza personal no capacitado o el equipo es inadecuado", señala el informe. En vista de lo expuesto, ¿se puede considerar a la sangre una panacea, es decir un recurso que garantice la recuperación de la salud?
Respecto a los recursos no sanguíneos, el doctor Jorge Trainini, director del Hospital Presidente Perón de Avellaneda, de Buenos Aires, ha dicho en una reciente entrevista a la revista Viva: "ante el desafío de no transfundir descubrimos que los pacientes que no transfundíamos estaban mucho mejor. En nuestra especialidad cirugía cardiovascular- se suele usar mucha sangre, pero nosotros decidimos hacer al revés: no transfundir a ninguno, sea o no testigo de Jehová. Incorporamos mucha tecnología para usar la misma sangre del paciente, al punto que hoy es muy raro que en nuestro servicio se transfunda. Depende de la filosofía con que encare el arte médico y de alejarse de la medicina de mercado".
Por su parte la doctora Mabel Maschio, coordinadora del Plan Nacional de Sangre, comentó que "lejos de ser negativo, el mensaje de los Testigos de Jehová ayudó a realizar importantes protocolos de investigación que permiten disminuir el umbral de transfusiones para todo paciente".
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