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CUBA
Los testigos de Jehová en Cuba han estado bajo fiera oposición durante el año pasado. A los hermanos se les ha arrestado y se les ha golpeado cruelmente en un esfuerzo por hacer que abandonen su fe en Jehová. Los Salones del Reino han sido cerrados. A los hermanos se les ha advertido que no deben participar en el ministerio del campo, bajo amenaza de encarcelamiento. A1 cerrar el año, la publicación Verde Olivo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Cubanas empezó a publicar una serie difamatoria de artículos de propaganda contra los Testigos. Aunque el máximo de publicadores no fue tan alto este año como en el pasado, en general los hermanos han demostrado tremendo Valor y firmeza en su ministerio, teniendo como promedio más de doce horas cada mes en el servicio, entre y siete revisitas y más de un estudio bíblico. Además, tuvieron varios miles de precursores de vacaciones en el servicio en abril. No obstante, en vista de la aumentante oposición a la obra, no se dan más detalles. En cartas que se recibieron, se entera uno de lo siguiente.
Los hermanos están bajo constante escrutinio y observación en todo lo que hacen. A algunos se les advirtió que era ilegal reunirse en hogares privados para estudiar la Biblia, como se acostumbra hacer en los centros de servicio. Poco después una hermana que trabaja en un establecimiento de limpieza halló en e1 bolsillo de los pantalones de un comunista del “comité del bloque” una lista de todos los centros de servicio de aquella sección. En algunos lugares cuando dos o tres Testigos se han reunido aun para una visita amistosa, se les ha arrestado y sometido a juicio, bajo fianza de 100 dólares cada uno. Si alguien visita el hogar de uno, pronto uno del comité del bloque lo visita con un pretexto u otro para averiguar quién está allí y qué es lo que está sucediendo. Aun los choferes de taxímetros frecuentemente rehúsan tomar
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pasajeros sin primero conseguir toda la información e investigar lo que lleva la persona consigo de modo que más tarde se pueda hacer un informe.
Temprano en el año en la provincia de Las Villas más de cuarenta Salones del Reino fueron cerrados. La policía. explicó que no se permitían reuniones en los hogares, puesto que no estaban registrados como templos. Acciones similares han acontecido en la provincia de Pinar del Rio y en otros lugares por toda la isla. En noviembre unos 300 Testigos jóvenes de edad militar fueron arrestados y enviados a campamentos bajo control militar. A algunos les echaron manos tan rápidamente y sin advertencia que no pudieron siquiera despedirse de sus familias, mientras los oficiales afirmaban que no sabían dónde estaban. Fueron enviados a supuestos centros de reforma para miembros inútiles de la sociedad. A estos campamentos se les llama Unidades Militares para Ayudar la Producción. En estos campos a los hermanos los han torturado despiadadamente para tratar de quebrantar su fe de modo que denuncien su ministerio y acepten actividades militares. Algunos fueron empujados, golpeados y punzados con bayonetas por soldados porque rehusaron subir a vehículos militares por no pertenecer al personal militar. Al llegar campamento, días de terrible persecución siguieron. Algunos fueron enterrados hasta el cuello, dejándoseles la cabeza afuera, y sus rostros fueron golpeados y quemados por el Sol todo el día.. A otros se les dijo que cavaran sus propias tumbas y _se les advirtió que serian fusilados y enterrados allí si no se hacían soldados. Muchos fueron golpeados severamente día tras día para quebrantar su resistencia; se les negó agua y alimento, y se les obligó a dormir afuera» en el frio y bajo la lluvia de los meses de1_invîerno. Entonces oficia1es con una sonrisa paternal les aconsejaban consoladoramente que no hicieran las cosas difíciles para ellos mismos y que pensaran de sus familias. Lo fuerte de su fe se puede ver por la siguiente nota: “Sin importar lo que tengamos que pasar: hambre, golpes, dormir desnudos afuera en el frio mientras se nos arroja agua fría encima continuamente, para nosotros lo importante es estar en el favor de Jehová. Sacaron a David y a Domingo a las doce en punto para castigarlos. No sabemos dónde están.” Otro dice: UIUC. “Sacaron a dos para ejecutarlos. Más tarde supimos que lo que les pasó fue mucho peor. Tuvieron que cavar hoyos, meter estacas en éstos y entonces fueron atados a estas estacas, dejados allí tres días sin comer ni dormir, a merced de mosquitos y otros insectos.
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Otros fueron colocados en hoyos que eran lo suficientemente grande para sostenerlos de pie y desnudos. Pero no estamos desalentados. Todavía respondemos con las pa1abras de Pablo: ‘Nada puede separarnos del amor de Jesús.’ Oren por nosotros como nosotros lo hacemos por ustedes.” Un esposo escribe una tierna carta a su esposa. de solo unos meses: “Oro a Jehová diariamente que podamos reunirnos de nuevo en e1 nuevo sistema de cosas, puesto que dicen que no vamos a ser enviados a prisión, que nos hacemos soldados o vamos al cementerio. Así que sé fiel y ora. por nosotros.” En vez de los nombres de los odiosos campos de concentración del pasado tales como Auschwitz, Belsen y Sachsenhausen ahora tenemos nuevos nombres: el campamento de Cúnagua, el campamento Lugareño, el campamento Monte, el de Quemado, y así por el estilo, y en lugar de los comandantes sadísticos del pasado ahora nuevos nombres: el segundo teniente Mario del campamento de Cúnagua y el primer teniente Mora, o el capitán Salvador Sosa, quien ordenó que a un hermano lo pusieran en una cisterna y lo encerraron cemento mientras que a otros los ataron con alambre de púas alrededor del cuello.
A pesar de todo esto, la obra de dar testimonio al Reino continúa, y los hermanos cobraron ánimo con las palabras de Pablo en 2 Corintios 4:7-11: “Sin embargo, tenemos este tesoro en vasos de barro, para que el poder que es más allá de lo normal sea de Dios y no el que procede de nosotros. Se nos oprime de toda manera, mas no se nos aprieta de tal modo que no podamos movemos; _nos hallamos perplejos, mas no absolutamente sin salida; se nos persigue, pero no se nos deja sin ayuda; se nos derriba, pero no se nos destruye. Siempre aguantamos por todas partes en nuestro cuerpo el tratamiento mortífero que se le dio a Jesús para que la vida 'de también se haga manifiesta en nuestro cuerpo. Porque a nosotros los que vivimos siempre se nos está trayendo cara a cara con la muerte por causa de Jesús, para que la vida de Jesús también se haga manifiesta en nuestra carne mortal.”
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